Barcelona se despide, de nuevo, de restaurantes centenarios y emblemáticos de la ciudad. Agut y Can Soteras se han visto obligados a cerrar definitivamente a causa de las restricciones gubernamentales para contener la pandemia de coronavirus. Metrópoli Abierta informaba en enero que la familia propietaria del Agut se planteaba la viabilidad económica. Ahora, 97 años después de abrir la persiana, el restaurante la cierra para siempre.
Más tiempo (105 años) llevaba Can Soteras sirviendo sus platos tradicionales desde el paseo de Sant Joan. El enésimo cierre de un establecimiento histórico de la ciudad confirma la crudeza del golpe económico que sufre la restauración barcelonesa. Los cierres de estos negocios, avanzados por El Periódico, son la consecuencia de las restricciones sanitarias, muy criticadas desde hace meses por el Gremi de Restauració y la casi totalidad del sector, que las considera exageradas e ineficaces para contener el virus.
EL 30% DE LOS BARES, CERRADOS
Agut, en el barrio Gòtic, cerró en marzo con la declaración del estado de alarma y reabrió en junio Sin terrazas, solo ponía servir a sus comensales en el interior. A finales de julio, volvió a echar el cierre. No es un restaurante de turistas. "Nuestra clientela es principalmente local", explicaba hace tres meses Jordi Castellví, hijo de Maria Agut, la propietaria. El negocio también se vio resentido por la falta de clientes que son empleados del Ayuntamiento y la Generalitat y que hacen teletrabajo.
El Gremi de Restauració de Barcelona calcula que un 30% de los bares y restaurantes de Barcelona ya ha cerrado de manera definitiva. El mítico Cal Pinxo, en la Barceloneta, también cerraba hace pocos días.