El futuro del museo Hermitage de Barcelona no se desencallará este miércoles como se esperaba. El consejo de administración del Port de Barcelona que se celebra esta mañana tenía que debatir y votar la construcción de equipamiento cultural. Sin embargo, el punto sobre el Hermitage no se tratará en el orden del día, han confirmado fuentes conocedoras de las negociaciones. Se traslada a otro consejo, porque hay una petición de retirada del punto por parte de un miembro del consejo de administración, en este caso el Ayuntamiento de Barcelona.

Metrópoli Abierta informó el pasado viernes, tras meses de espera, que el Hermitage se había incluido en el orden del día del consejo de administración del Port del 28 de abril. Pero cinco días después ha caído y se tendrá que esperar, al menos un mes más, para encontrar una salida al futuro museo, que se tiene que construir en la nueva bocana del Port, junto al Hotel Vela. Distintas fuertes confirmaron la pasada semana la existencia de un informe de la Abogacía del Estado que avala la construcción y dice que el Hermitage se debe hacer.

NEGATIVA MUNICIPAL A AVALAR EL PROYECTO

Detrás de la decisión de dejar para otro momento -seguramente para el último miércoles de mayo- qué se hace con el Hermitage está la negativa del Ayuntamiento de Barcelona con la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, a avalar por ahora el proyecto. En distintas ocasiones, este medio ya ha explicado, citando fuentes del cercanas al proyecto, que el Port puede iniciar la tramitación sin esperar el visto bueno municipal, aunque hasta ahora la presidenta del Port, Mercè Conesa, ha evitado este camino para no iniciar un enfrentamiento con el municipio. 

Según ha podido saber este medio, la intención de Conesa, que preside el consejo de administración, no es simplemente sacar el punto del orden del día y cambiar la fecha para abordar el futuro del Hermitage, sino dejar constancia en el acta de la reunión de la petición de prórroga solicitada por uno de los miembros del consejo de administración. Si solo se quita, no queda constancia de nada, y la intención de Conesa es dejar la petición del Ayuntamiento por escrito, apuntan fuentes cercanas al Port.

DIFERENCIAS "CLARAS"

En una entrevista publicada en El País este pasado domingo, Conesa reconocía que las diferencias con el Ayuntamiento son "claras" respecto al Hermitage y "un punto de desencuentro". La presidenta del Port explicaba que se estaba trabajando para alcanzar un acuerdo. Por ahora, a esta situación no se ha llegado, aunque Conesa admitía "posicionamientos políticos". Esto es que dentro del propio gobierno municipal, los dos socios, Barcelona en Comú y PSC, no ven el tema igual. Mientras los primeros se oponen, los socialistas son partidarios de sacar el proyecto adelante.

"OTORGARLO O DESESTIMARLO" EN MESES

Conesa espera que el futuro del Hermitage se pueda decidir en unos meses, ya sea para "otorgarlo o desestimarlo". La presidenta del Port incluso se podría ver obligada a dejar el cargo, cuando se forme el nuevo gobierno de la Generalitat, sin ver el proyecto desencallado. Conesa es miembro del PDeCAT y muy probablemente el próximo Govern optará por otra persona al frente de la autoridad portuaria.

El gobierno de Colau se posicionó de forma clara en contra del Hermitage a principios de 2020. Los tenientes de alcaldía Janez Sanz Joan Subirats exhibieron cuatro informes, que costaron unos 42.000 euros, contrarios a la iniciativa. Alegaban, entre otros motivos, que el Hermitage provocaría numerosos problemas de movilidad en la Barceloneta. Eso, a pesar de que la construcción del Hermitage en la nueva bocana ya había recibido el aval del pleno municipal. Es una concesión administrativa que está avalada por un Plan especial urbanístico.  El 27 de abril de 2018, el pleno municipal aprobó el citado plan, que garantiza que la propuesta cumple con todos los requisitos legales. Hace unos meses, el Port de Barcelona presentó unas modificaciones a los planes iniciales para contentar a los comunes. Pero, de momento, ni así se ha logrado el acuerdo.

OTROS INVERSORES INTERESADOS POR EL TERRENO

Conesa teme que la dilación sobre el Hermitage pueda acabar dinamitando el proyecto. "Es un riesgo que nos preocupa", dijo a El País, y que pasa porque los promotores se cansen y acaben llevando el museo a otra ciudad. En cualquier caso, desde el Puerto se defiende el interés por el Hermitage. "Nosotros no lo desestimaremos pese a que se presente uno de alternativo", subraya la exalcaldesa de Sant Cugat en referencia a otras propuestas que se han puesto sobre la mesa para ocupar el terreno, como un gran outlet similar al de la Roca o un beach club. 

Si finalmente se hace, el Hermitage generaría 400 puestos de trabajo y tendría un retorno de unos 300 millones de euros. Detrás del equipamiento está la sociedad Museo Hermitage Barcelona, formada por el fondo de inversión Varia Hermitage Barcelona (80%) y Cultural Development Barcelona (20%), mercantil del empresario ruso Valery Yarolaski y del arquitecto Eugenio Ujo Pallarès. 

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