¿Escultor... o estafador? Su nombre es Salvatore Garau, tiene 67 años y es un artista plástico italiano que acaba de vender una de sus obras por 15.000 euros. El problema es que se trata de una "obra invisible". Vaya, que no hay nada.
Lo ha explicado el canal informativo 3/24 este fin de semana. Garau defiende que la obra, llamada Io sono (Yo soy), existe y es real, aunque está solo en la mente. "El vacío no es más que un espacio lleno de energía e incluso si lo vaciamos, según el principio de incertidumbre de Heisenberg, el vacío tiene un peso. Por tanto, tiene una energía que se condensa y se transforma en partículas, que está en nosotros. Después de todo, ¿no damos forma a un Dios que nunca hemos visto?", expresa.
UN COMPRADOR ANÓNIMO
Una habladuría que le ha hecho ganar incluso más dinero del que pensaba conseguir en un principio. Y es que la obra invisible de Garau tenía un cuantioso precio de salida de 6.000, pero finalmente un desconocido pagó 15.000 euros para disfrutarla él solo.
Pero esto no es todo. El comprador se ha llevado también un certificado de garantía y de originalidad de la obra. Además, Garau le ha hecho llegar las instrucciones que necesita para instalarla en casa: tiene que estar en una habitación vacía y se debe colocar en el centro de la sala, en un espacio de 150 por 150 centímetros.
Aunque parezca mentira, esta no es la primera vez que este artista vende una de sus obras invisibles. Hace unos años vendió Buda en contemplación, una escultura invisible que se expuso en una plaza del centro de Milán. La delimitaron con una cinta blanca, por cierto, para que nadie pudiese pisarla y dañarla.