Mientras todos los sectores sentían los efectos devastadores de la pandemia en su economía, hay uno que ha hecho más caja que nunca: el funerario, como no puede ser de otra manera. Según ha podido saber Crónica Global, la empresa pública Cementiris de Barcelona ha facturado casi un 30% más desde el inicio de la pandemia.
La cifra exacta es de un 27,9% más de ingresos y un 20,18% más de actividad en entierros y cremaciones en 2020 respecto a 2019, tal y como aparece en la liquidación de las cuentas anuales a las que ha accedido el citado medio. Mucho tiene que ver que en la capital hayan fallecido de covid, desde marzo del pasado año, 6.667 personas.
Hay que recordar además que el gobierno municipal de Ada Colau subió los impuestos sobre las inhumaciones a principios de 2020, una tasa que se cobró cuando las defunciones no dejaban de crecer y que provocó fuertes críticas a Cementiris de Barcelona. "Fue para pagar el plan de rehabilitación y conservación que se aprobó en enero de 2020, un incremento de la cuota que abonan anualmente los titulares de concesiones funerarias (...) No se había actualizado desde 2011", explica el ente municipal al mismo diario.
LA EMPRESA MUNICIPAL ESTABA UN HUNDIDA
Así pues, la dramática crisis del coronavirus ha permitido a Cementiris de Barcelona romper la tendencia negativa de los últimos años. Tal y como avanzó Metrópoli en mayo, la mala gestión de Eloi Badia, presidente de la empresa pública, y Jordi Valmaña, exdirector general, hundieron la tesorería un 35% antes de la pandemia.