Mientras los contagios de coronavirus siguen creciendo en Barcelona, las imágenes de aglomeraciones y fiestas en las que no se cumplen con las medidas restrictivas no cesan. Es el caso de un festival organizado por Cosmonaut Safari, en la finca Can Corominas de Castellbisbal, a la que acudieron centenares de personas como si la pandemia no existiese.
Tal y como se puede observar en las siguientes imágenes a las que ha tenido acceso Metrópoli, no había ningún tipo de distancia de seguridad entre los asistentes, nadie llevaba mascarilla y todos se relacionaban y bailaban sin preocupación. La estampa es exactamente igual a la que se habría visto en cualquier festival o celebración de este tipo antes del estallido de la pandemia.
LA ORGANIZACIÓN
Después de observar las imágenes, Metrópoli ha preguntado a los organizadores de la fiesta por el protocolo de seguridad que habían seguido. Los responsables han asegurado que "el festival se estaba celebrando de manera legal y con las licencias necesarias aprobadas por el Ayuntamiento de Castellbisbal".
Además, respecto al uso de cubrebocas, explican que "era imprescindible llevar mascarilla y había indicaciones de llevarla por todo el recinto". No obstante, en la secuencia, no se observa a prácticamente ningún asistente haciendo uso de la mascarilla. Según los organizadores, "el personal de seguridad también tenía instrucciones de comunicar al público el uso obligatorio de la mascarilla", otra realidad inapreciable en las imágenes anteriores.
PRUEBA PCR O ANTÍGENOS
Algunos festivales exigen pruebas PCR o antígenos para permitir el acceso al recinto. No obstante, en Cosmonaut Safari han explicado a este medio que, en su edición del pasado sábado, 3 de julio, no era necesario presentar ningún certificado, aunque afirman que "se está valorando para la próxima edición".
PERMISOS DEL AYUNTAMIENTO
El Ayuntamiento de Castellbisbal, por su parte, ha asegurado a este medio que no tienen relación con la organización de la actividad. No obstante, informa que es cierto que "dio la autorización a petición de una empresa privada".
Según el consistorio, al autorizar el evento recordaron que "era necesario dar cumplimiento a todas las medidas de seguridad relacionadas con la pandemia". Después de la celebración, no consta ninguna sanción a los responsables del festival de música electrónica.
QUEJAS DE LOS ASISTENTES
Se trataba de la primera edición de este festival, para el que las entradas tenían un precio que oscilaba entre los 25 euros –si eras de los primeros en comprar los tickets– y los 85 euros. También vendían un ticket de autobús para volver al centro de Barcelona una vez finalizado el evento por un precio de seis euros. El evento se celebraba en asociación con la empresa barcelonesa de organización de fiestas de ocio nocturno Xceed.
Una vez celebrado el festival, son muchos los asistentes que han mostrado sus quejas a través de las redes sociales de Cosmonaut Safari. Algunos usuarios se quejan de que "se quedaron sin agua y vendían el agua del grifo a precios exagerados" y del mal estado de los lavabos portátiles. Además, critican que la logística era "pésima" y que algunos clientes se quedaron sin acceso al autobús pese a haber comprado el pase "con anterioridad".
OMISIÓN DE LAS CRÍTICAS
A pesar de que el festival está dando respuesta a la mayoría de comentarios recibidos, algunos afectados aseguran que "les han eliminado sus quejas".
Este martes, 6 de julio, el festival ha anunciado la celebración de otra edición el próximo sábado, 17 de julio. En su promoción, han recordado que el evento se celebra en una "finca colonial neoclásica" a "20 minutos de Barcelona" que tiene vistas a "20.000 metros cuadrados de jardines" y está "totalmente alejado de las fiestas locas de la ciudad". Además, el festival ha comunicado a través de sus redes que se potenciaran las medidas para contener la propagación del covid.