El Ayuntamiento de Barcelona tiene un plan de dudosa eficacia y nada sostenible para disuadir las aglomeraciones que conllevan los botellones que se celebran de madrugada de la capital catalana.
El concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, ha anunciado que el consistorio remojará las plazas y playas de la ciudad para evitar grandes concentraciones.
De esta manera, el regidor ha descartado hacer uso de otras medidas como cerrar playas por la noche para evitar los botellones, alegando que son “espacios de descompresión”.
DERROCHE DE AGUA
Poco parece haber importado al Ayuntamiento optar por una medida contraria a todo criterio ecológico, defendiendo un derroche de litros de agua totalmente innecesario.
De esta manera, los comunes han apostado por dejar de lado el consumo responsable de un bien como es el agua para desperdiciarlo regando calles como un torpe intento de evitar lo que no ha conseguido lograr durante los últimos meses con otros métodos.