El 24 de julio del 2007 –hace 14 años– el caos se apoderó de Barcelona. Un fallo eléctrico afectó a miles de personas durante cuatro días en la Ciudad Condal. La caída de un cable poco antes de las 11 de la mañana en la subestación eléctrica de Collblanc causó, por efecto dominó, que se desactivaran otras subestaciones de suministro.

La central del paseo de Maragall se incendió por completo y el siniestro obligó a desalojar a decenas de vecinos de la zona damnificada.

CUATRO DÍAS SIN LUZ

El apagón, que afectó a prácticamente todos los distritos de la Ciudad Condal, paró el 70% de los semáforos, cortó líneas de metro e hizo suspender operaciones en hospitales. Más de 100.000 personas pasaron la noche a oscuras y hasta cuatro días la ciudad no volvió a encenderse.

Los vecinos afectados por el apagón llenaron las calles de caceroladas. Instalaron hasta 156 generadores y el ruido y la contaminación provocaron decenas de denuncias vecinales. Hasta el 22 de agosto –prácticamente un mes más tarde– no se apagó la última máquina.

INDEMNIZACIONES

Unos 80.000 afectados presentaron denuncia y Fecsa-Endesa se vio obligada a pagar 40 millones de euros de indemnizaciones. La Generalitat sancionó a Red Eléctrica y Fecsa-Endesa con 11 y 10 millones de euros, respectivamente, por una infracción “muy grave”.

Tras estos hechos, la Generalitat creó la Ley de Suministro Eléctrico, que garantiza la calidad del suministro eléctrico.

REPARACIÓN

Durante prácticamente un año, REE trabajó en la reparación de la estación calcinada de Maragall, unas obras que permitieron a las instalaciones ganar una tercera línea de alta tensión.

Noticias relacionadas