Si hay algo que se ha de tener en cuenta en una Administración pública es la prevención e la salud y la seguridad en el trabajo. El Ayuntamiento de Barcelona acaba de adjudicar los servicios de disciplina preventiva de medicina del trabajo y la realización de los reconocimientos médicos de vigilancia de la salud del personal de los organismos adheridos al consistorio para los dos próximos años por 700.812 euros. La beneficiaria ha sido la firma Egarsat Prevenció, que se llevó el concurso en una licitación a la que concurrieron tres empresas. El contrato podría ser prorrogado por otros dos años, por lo que la cantidad de la adjudicación se duplicaría hasta llegar a los 1,4 millones de euros.
El consistorio barcelonés tiene 9.634 trabajadores del consistorio y sus organismos públicos (sólo en la estructura general municipal hay 3.272 empleados y en la Guardia Urbana, otros 3.111, mientras que el Institut Municipal d’Educació emplea a 1.405 trabajadores y los Bomberos y el ámbito de Seguridad engloba a 670 empleados, según las estadísticas internas). Los demás departamentos son mucho más pequeños: la hacienda municipal emplea a 329 personas; el Icub, a 364; y el IMHAB, a 232 trabajadores. Los Mercados sólo dan trabajo a 72 personas, mientras que el Instituto Municipal de Personas con Discapacidad alberga a 77 empleados, el Institut Barcelona Sports, a 53 y el Instituto Municipal de Paisaje Urbano y Calidad de Vida, a 41. El Instituto Municipal de Urbanismo, con 8 trabajadores, es el departamento más pequeño del consistorio.
INTERVALOS DE UNO A DOS AÑOS
La vigilancia de la salud individual tendrá en cuenta múltiples factores. Para empezar, la empresa adjudicataria debe realizar una evaluación global de los riesgos atendiendo a distintos protocolos. Por ejemplo, ha de vigilar en primer lugar las pantallas de visualización de datos, las posturas forzadas y movimientos repetitivos, la manipulación de cargas, los agentes biológicos y químicos, el ruido y otros parámetros. Los exámenes preliminares se realizan tras la incorporación por primera vez al puesto de trabajo o tras la asignación de tareas específicas que puedan representar nuevos riesgos para la salud. Estas pruebas se deben realizar con intervalos de uno a 2 años, dependiendo de los puestos de trabajo y la especial sensibilidad individual.
De esos exámenes, saldrán las historias clínicas de cada trabajador, donde se recogen los antecedentes patológicos personales y familiares, hábitos fisiológicos y tóxicos, alergias, vacunaciones generales y situación actual de la salud. Incorporan también medidas antropomórficas, toma de constantes vitales, exploraciones neurológicas, cardiopulmonares, dermatológicas, osteoarticulares, etc, agudeza visual, audiometría, espirometría, electrocardiograma y cuestionario sobre salud en general.
ANÁLISIS COMPLETOS
En materia de analítica, debe contener análisis de sangre completo y análisis de orina, así como una analítica específica por los lugares de trabajo que lo requieran en relación con los riesgos a que se deba someter el trabajador. También se incorporarán pruebas complementarias entre las que se incluyen el control de la agudeza visual, tensión ocular, cromatopsia, tonometría o audiometría en cabina insonorizada.
En el apartado de análisis clínicos, las pruebas complementarias incorporan análisis de anticuerpos de hepatitis C y de VIH (todo ello con el consentimiento personal del propio trabajador), así como análisis bioquímicos con niveles de urea, colesterol, triglicéridos, creatinina, bilirrubina, etc. Otras opciones son el análisis de la orina básica y sedimentos, una radiografía funcional de columna en bipedestación y una radiografía torácica.
PRUEBAS ESPECÍFICAS A BOMBEROS Y BUZOS
Para los empleados del Parque de Bomberos y de Seguridad, se realiza también un examen de salud específico, en el que consta el historial laboral y otros datos como antecedentes personales y familiares, ya sean patológicos, farmacológicos, alergias, hábitos fisiológicos o hábitos tóxicos. Además de una exploración física general, se realizarán exploraciones “instrumentales” para determinar peso y talla, tensión arterial, agudeza visual, otoscopia, analítica general básica de sangre con hematología completa, exploración física por aparatos (exploración musculoesquelética, neurológica, dérmica, respiratoria, cardiovascular, abdominal, otorrinológica y oftalmológica), una exploración instrumental complementaria (audiometría, espirometría, electrocardiograma y ergometría).
En el caso de los buceadores, se pedirá adicionalmente un ecocardiograma transtorácico para descartar Foramen Oval, radiografía del tórax y de los senos paranasales, radiografía bilateral de fémur y húmero, ergometría específica, ecocardiograma y electroencefalograma y una valoración psicológica. Además de los marcadores de hepatitis A, B y C, se controlan anticuerpos de VIH y la vacunación de tétanos o hepatitis. Se trata, pues, de pruebas y controles exhaustivos en los que no se escatiman medios y que tienen como objetivo cumplir con la ley de prevención de riesgos laborales.