El consumo de alimentos y bebidas en la ciudad de Barcelona, en el que están incluidos la producción y el procesado de los alimentos, la fabricación de los envases y la distribución de los productos, genera una huella de carbono de 2.527.983 toneladas de CO2 al año.

Esta abultada cifra en la que se suman todos los procesos mencionados, respresenta el 70% del CO2 anual de toda Barcelona.

El dato se desprende del informe Huella de carbono de la alimentación en Barcelona elaborado por Barcelona Regional en colaboración con INEDIT, que ha presentado este lunes el Ayuntamiento.

CONSUMO

El estudio indica que cada residente en la capital catalana consume anualmente 637 kilogramos o litros de alimentos y bebidas en el ámbito doméstico, a los que se suman otros 85 kilos dentro de la ciudad fuera de casa, lo que supone unas emisiones por residente de 1.066 kilos de CO2 equivalente por persona.

Los no residentes añaden al consumo de la ciudad unas 225.000 toneladas de alimentos y bebidas y 340.000 toneladas de CO2 lo que supone, aproximadamente, un 16% del total.

En porcentajes, el origen de estas emisiones CO2 son el consumo doméstico de alimentos de personas residentes en la ciudad (62%), la fabricación y envasado (13,5%), el consumo extradoméstico de no residentes (13,3%) y de residentes (7,1%) y la distribución del producto (4,1%).

Noticias relacionadas