Rosario Bravo, la anciana de 97 años de L'Hospitalet que fue denunciada "por error", sigue sin una solución, ni sus pertenencias, casi un año después.
La magistrada del juzgado de instrucción 2 de L'Hospitalet, ha finalizado la instrucción de su caso este viernes, 12 de noviembre. La juez ha resuelto que no se dan los ilícitos penales por los que se inició la denuncia. Por otro lado, ha dejado abierta la vía civil para que la perjudicada pueda ejercer las acciones que considere oportunas.
EL JUZGADO MANTIENE QUE "NO HUBO NEGLIGENCIA"
La juez ha declarado en su resolución que "no hubo negligencia por parte de los actuantes, sino que desplegaron la diligencia que les era exigible pero se incurrió en el lamentable error que dio lugar a la entrada en el domicilio".
Según el auto, "ningún elemento de los expuestos permiten afirmar la existencia del mínimo indicio de comisión de hecho delictivo. No solo porque se trata de un error de hecho (invencible en este caso), sino que aun si acogiera la tesis de la acusación que afirma que se ha incurrido en negligencia, los delitos denunciados no permiten su comisión imprudente", ha concluido la magistrada.
La víctima del desahucio presentó una denuncia por los Presuntos delitos de prevaricación y apropiación indebida, pero después del juicio no se le ha ofrecido una solución inmediata. Rosario Bravo no ha podido recuperar sus objetos personales, que le fueron arrebatados durante un fin de semana en el que se ausentó de su domicilio.
RECUERDOS DE MÁS DE 60 AÑOS
Tal y avanzó el programa Planta baixa, la orden judicial de desahucio era para el ático. Pero el administrador de la finca se "confundió" a la hora de identificar la vivienda y terminó ordenando el desalojo del sobreático, donde vivía Rosario. El responsable presentó un escrito al Juzgado de Primera Instancia Número 8 de L'Hospitalet de Llobregat admitiendo su "error". El piso fue devuelto a su inquilina, aunque nada se sabe aún sobre el paradero de sus pertenencias.
En el inmueble apenas quedaron las paredes. Cambiaron hasta la cerradura. En la televisión pública, Rosario y su familia explicaron que habían perdido el dinero que había en la casa, las joyas, las camas, los electrodomésticos, un cuadro de gran valor sentimental, en el que aparecía con su marido en el día de su boda, una libreta en la que escribía sus memorias desde hacía siete años o incluso un vestido que compró para que la enterrasen con él después de fallecer. Recuerdos de más de 60 años.