Las antiguas pajarerías de La Rambla que se suprimirán con la reforma del paseo que comenzará en 2022 han pedido al gobierno municipal de Ada Colau que, en el caso que no exista más opción que eliminarlas, se les aplique una moratoria de seis años a la espera que se inicien las obras en la zona donde se ubican.
En un comunicado, la Plataforma d'Afectats pel Desnonament de la Rambla que agrupa varios paradistas, ha acusado al consistorio de querer cerrar las paradas alegando una "supuesta caducidad" de las licencias.
La plataforma asegura que un 97% de los puntos de venta de los mercados municipales están en la misma situación, por lo que ha pedido a la alcaldesa que saque a concurso las paradas que funcionan con licencias de más de 50 años de antigüedad y han reclamado "su derecho" a ocupar otros puntos de venta de titularidad municipal.
MEDIDAS CAUTELARES
En septiembre, las antiguas pajarerías interpusieron un contencioso administrativo contra el gobierno municipal por su voluntad de retirarlas, unas medidas que han sido rechazadas por el juez.
Desde el consistorio han apuntado que la retirada de las paradas "es una decisión que viene de lejos y responde al interés general" y que ahora deben proceder a licitar las obras de supresión y sacarlas, un proceso que puede alargarse unos meses.