El amianto se ha afianzado como un problema de salud pública. La presencia de fibrocemento continúa ampliamente presente pese a la peligrosidad que conlleva y, Barcelona, no es precisamente una ciudad que se libre de este material.

Muchas son las preocupaciones relativas al amianto en la capital catalana. La existencia de este material en el entorno de escuelas en Glòries (y su incorrecta retirada), los vertidos en Sarrià-Sant Gervasi, los miles de metros que sufren los residentes del Camp de l'Arpa del Clot o la masiva presencia que se está retirando progresivamente en las instalaciones de TMB son claros ejemplos de ello.

Vecinos del Baix Guinardó también sufren un grave problema con este componente. Aquellos que residen en las viviendas comprendidas en la isla de las calles de Sardenya, de Pi i Margall y la Ronda del Guinardó luchan por la supresión de una macrocubierta de asbesto (uralita), con un proceso complejo en el que están encontrando múltiples trabas.

RETIRAR LA CUBIERTA

Fuentes vecinales de la isla de viviendas afectadas explican el problema de salud que les supone la cubierta de amianto, de grandes dimensiones. Edificada en 1958, como las viviendas que la rodean, esta instalación corresponde al techo del que era un parking en el que se alquilaban plazas para residentes y aquellos que querían disponer de un estacionamiento.

Detalle de la degradación y rotura de la cubierta de amianto / ARCHIVO DE ILLA INTERIOR SARDENYA/PI I MARGALL/RONDA DEL GUINARDÓ

En noviembre de 2020, y siendo ya conocedores los residentes de la peligrosidad que supone convivir con la cubierta, el propietario del aparcamiento expulsó a los inquilinos de las plazas dado el interés que mostró la compañía Aldi en disponer del espacio para abrir un nuevo supermercado. El acuerdo entre ambas partes dejaba a los vecinos en un segundo plano.

Las cosas no iban a ser tan sencillas para la cadena de alimentación alemana. Los residentes exigían que, si Aldi abría un supermercado en este espacio, debían disponer de garantías aprovechando el cambio de uso que se tenía que llevar a cabo. "Si Aldi abre tiene que retirar la uralita. Además, este supermercado daría problemas de ruido las 24 horas del día y provocaría mucho calor en la isla interior", explican estas fuentes vecinales incidiendo en su preocupación por la situación.

CONTACTO CON EL AYUNTAMIENTO

En el mes de febrero del pasado año, los vecinos de la isla interior facilitan un escrito al Distrito de Horta-Guinardó en el que exponen su problemática. En este, inciden en su preocupación por el tejado de amianto y los riesgos en materia de ruido y temperatura que pueden suponer para los residentes la implantación de un supermercado en la zona. Con motivo del cambio de uso, ya que el espacio pasaría de ser un parking a un establecimiento comercial, reivindican la necesidad de adecuar el local liberando de las afectaciones a los vecinos de los inmuebles ubicados en los números 502, 504, 506, 508, 510, 512 y 514 de la calle de Sardenya, los números 93, 95, 97 y 99 de la calle de Pi i Maragall y del 26-28 de la Ronda del Guinardó.

 

Interior del parking desalojado para acoger un supermercado / METRÓPOLI - RP

Además, solicitaron al consistorio barcelonés la consulta del proyecto presentado por Aldi debido al "interés por la salud de los ciudadanos de la isla interior". Un mes más tarde, y con el apoyo también de la Asociación de Vecinos del Baix Guinardó, se realizó una recogida de firmas para lograr la retirada de la cubierta. 

VOLUMEN DISCONFORME

Las fuentes vecinales mencionadas anteriormente explican que en marzo del pasado año, y durante una sesión telemática, el distrito informó a los residentes de la imposibilidad de sustituir la cubierta de amianto al encontrarse en una situación de volumen "disconforme". Los inmuebles que disponen de esta catalogación no pueden sufrir modificaciones estructurales ya que, en caso de que así sea, su propietario pierde la potestad sobre el mismo.

En este caso en concreto, la modificación habría impedido al dueño del inmueble alquilar el mismo a la cadena de supermercados interesada en abrir un establecimiento en el emplazamiento. Dada esta situación, los vecinos optaron por contactar con Aldi para conocer los planes de la compañía y advertir del riesgo al que están expuestos los vecinos. La respuesta, de carácter "ambiguo", lleva a entender que los planes de la compañía seguirán adelante siempre y cuando cuenten con el amparo legal para ello. El propietario del local con la cubierta de amianto, por su parte, nunca ha respondido a las peticiones de los residentes. A día de hoy, la cubierta de amianto sigue sin retirarse y la posible apertura del supermercado está paralizada.

CUESTIÓN DE SALUD PÚBLICA

Las fuentes vecinales que explican el caso a este medio remarcan que su reivindicación responde a una cuestión de "salud pública", y defienden que en todo momento se han mostrado partidarios del "diálogo" con todas las partes para buscar una solución a la problemática. Reiteran, tal y como ha podido comprobar este medio, la peligrosidad de una uralita que está en mal estado con múltiples grietas y desperfectos que facilitan la suspensión de las fibras en el aire y el consecuente perjuicio para los residentes. En los casos más extremos, correspondientes a los bajos y primeras plantas, el tejado se encuentra a escasos metros de las ventanas de las viviendas.

Cercanía de las ventanas a la cubierta de amianto / METRÓPOLI - RP

Al margen del peligro de la cubierta, en el parking que podría acoger un supermercado podría haber otros problemas de gravedad relacionados con el amianto. Así lo expresa Fernando Novella, miembro de Jubilados de Macosa-Alstom que habla a título individual, no descarta la posibilidad de que las columnas del aparcamiento pudieran contener "amianto azul", uno de los tipos de asbesto más peligrosos que hay al estar compuesto de fibras muy finas que se rompen con mayor facilidad.

Los vecinos agradecen la colaboración con la que están contando a lo largo de este proceso. La Plataforma No a l'Amiant d'Horta-Guinardó, Jubilados de Macosa-Alstom y la Associació de Veïns del Baix Guinardó han trabajado conjuntamente con los vecinos de la Illa Interior Ronda del Guinardó/Sardenya/Pi i Margall para solucionar este caso. "La colaboración entre entidades nos ha dado fuerza y aprendizaje", subrayan los residentes.

SALIR A LA CALLE

Los vecinos están pendientes de un posible cambio en cuanto a la situación de volumen disconforme a nivel autonómico que podría facilitar la retirada del amianto, así como de un próximo encuentro con el distrito, hasta el punto de sopesar una manifestación: "Siempre hemos dialogado, creemos que es hora de salir a la calle".

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