Los últimos dos chiringuitos del entorno de la Font Màgica de Montjuïc permanecen cerrados desde el pasado 9 de febrero, cuando el juez ejecutó la orden de desahucio contra la empresa COPAR, a la que el Institut Municipal de Parcs i Jardins no había renovado el permiso. Los otros dos, que operaba la misma entidad, fueron clausurados, también por orden judicial, el 28 de diciembre de 2021. Con el cierre, han desaparecido los 14 lavabos públicos que había junto a los cuatro locales.
Alejandro Díaz, responsable de este pequeño negocio familiar, se hizo cargo de los cuatro chiringuitos de la plaza de Carles Buïgas en 2016. Para ello pagaba dos cánones de 175.000 euros al año, correspondientes a la explotación de los dos establecimientos del lado Llobregat y los dos del lado Besòs. El contrato era por tres años, con la posibilidad de prorrogarlo uno más. Mientras estuvo vigente, el Ayuntamiento de Barcelona ingresó en total 350.000 euros anuales por la concesión. Pero, tal y como ha explicado el empresario a Metrópoli, el consistorio –vía Parcs i Jardins– rechazó en 2019, cuando se cumplieron los tres años, que continuase como concesionario.
DENUNCIA QUE LO HAN ECHADO SIN EXPLICACIÓN
"Llevamos más de dos años con abogados, intentando que nos concedan la prórroga. Si el inquilino la pide, se la dan casi en el 100% de los casos", señala Díaz. "Pero a mi abogada, que es la misma que tiene quien lleva los chiringuitos del Estadi Olímpic y las Piscinas Picornell, les ha causado muchos dolores de cabeza. A los demás sí que les han prorrogado. A nosotros dos, no", expresa antes de zanjar: "Nos cogieron manía, no hay otra explicación".
Cuando Parcs i Jardins rechazó la prórroga, hace ya tres años, su abogada presentó varias alegaciones para conocer el motivo pero, según cuenta, el Ayuntamiento nunca le dio una explicación. "Simplemente dijeron que tenían potestad para no concederla. Reclamamos una justificación, pero se negaron a responder", denuncia Díaz. Estuvo a la espera hasta verano de 2021, cuando le llegó la primera orden de cierre. Pero rehusó dejar la plaza y continuó trabajando.
En paralelo, se puso en contacto con el gerente de Parcs i Jardins, Francesc Jiménez Gusi, para intentar llegar a un acuerdo. "Le expliqué que quería abandonar la vía judicial porque no habíamos conseguido nada después de años. Le dije que, si me dejaban continuar hasta que saliese la nueva concesión, yo cedía los chiringuitos al Ayuntamiento. Luego entregaría las llaves cuando hubiese un nuevo concesionaro", detalla. Asegura que aceptó el trato, de palabra. Pero semanas más tarde le llamó por teléfono con malas noticias: "Me dijo que lo sentía, que el juzgado había ido más rápido, que iba a ordenar el desahucio y que no se podía parar".
25 PERSONAS SE QUEDAN SIN TRABAJO
Finalmente, el 28 de diciembre acudieron la comitiva judicial y la Guardia Urbana a ordenar el cierre de dos de los locales, con el pretexto de precintarlos si no entregaba las llaves. Hicieron lo mismo el 9 de febrero con los otros dos. Los 25 trabajadores que quedaban también han ido a la calle, y Díaz solicita que se mantenga su plaza en la nueva concesión. "Lo que más me fastidia es haber aguantado estos dos años, en los que no han funcionado las fuentes. Y justo ahora que me echan, las encienden", lamenta.
Por todo esto, desde hace dos meses y medio no hay ningún chiringuito abierto en la zona de la Font Màgica. "El Ayuntamiento ha dejado a la gente sin bar ni lavabos. Tampoco van a ingresar los 350.000 anuales que pagaba hasta ahora. Eso sí, me insinúan que podrían reclamarme más dinero por el tiempo que he tardado en entregar las llaves", afirma. Sin sus locales, alerta de que los lateros se han quedado sin competencia, "con los problemas de salubridad que conlleva". El consistorio no ha puesto en marcha todavía el concurso público para una nueva concesión, "un proceso que suele alargarse varios meses" –apunta–, por lo que calcula que los visitantes de la fuentes de Montjuïc podrían no tener acceso a bebidas o un baño hasta después del verano.
EL AYUNTAMIENTO DICE QUE LAS INSTALACIONES ESTÁN EN MAL ESTADO
Desde el Ayuntamiento mantienen que la concesión había terminado hace tiempo, y que "el concesionario no quiso abandonar los chiringuitos y al final lo hizo por requerimiento judicial". Sobre la no renovación de la licencia, las mismas fuentes municipales aseguran a este diario que "los locales y las instalaciones de suministro están en mal estado y hay que hacer obras para que lleguen los servicios de agua y luz, nuevos desagües y retirar e instalar nuevos módulos".
"Para poder retomar el servicio, se está trabajando para instalar nuevos chiringuitos provisionales y en licitar la nueva concesión", según afirman desde la alcaldía, "con tal de que antes de que acabe el verano haya servicios de bar y lavabos". Además, defienden que la relación con los trabajadores "es responsabilidad del antiguo concesionario".