La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha rodeado de una guardia pretoriana en la que confía ciegamente y cuyo apoyo es incondicional. La primera edil no está pasando por su mejor momento anímico. Dicen los que trabajan con ella que se encuentra desubicada, más crispada de lo habitual y con constantes cambios de humor. ¿El motivo? Podrían ser los sondeos electorales, que no le dan buenos resultados. Y ella quiere partir como caballo ganador en la carrera electoral. Su popularidad, sin embargo, ha bajado enteros, aunque pese al desgaste sufrido podría quedar incluso como tercera fuerza política (en las últimas elecciones quedó en segundo lugar).
Su meta es batir a ERC, a quien todas las encuestas dan favorita con Ernest Maragall al frente. Los republicanos, por su parte, tienen un solo objetivo: comerse a los comunes. Si consiguen hacer que éstos retrocedan en Barcelona y en algún otro municipio, esperan conquistar la presidencia de la Diputació de Barcelona, un organismo que hasta ahora se les ha resistido. Y Esquerra haría un triplete histórico, dominando las Administraciones autonómica, provincial y local de Barcelona.
ADRIÀ ALEMANY, AL FRENTE
En esta lucha sin cuartel, Ada Colau ha tenido varios contratiempos en los últimos meses que han deteriorado su imagen ante la opinión pública, a pesar de que su guardia de corps la blinda por los cuatro costados. Esta barrera está férreamente controlada por su pareja, Adrià Alemany, un estratega que es el que decide, en última instancia, la estrategia de la alcaldesa, lo que ha de hacer, cómo, cuándo y dónde.
Para apuntalar su imagen, Colau cuenta en primer lugar con un equipo municipal que en momentos de crisis han de salir dando la cara para desviar el foco de atención de la alcaldesa y quitarle presión de encima. En ese núcleo duro destacan los concejales Eloi Badia, Laura Pérez, Marc Serra y Jordi Rabassa. En la sala de máquinas, cuenta con otros altos cargos de total confianza, casualmente provenientes del Observatorio DESC, donde Colau había trabajado hasta que entró en política. Esos altos cargos son la directora de Comunicación del consistorio, Águeda Bañón (aunque oficialmente es la directora de Comunicación, dependiendo directamente de la gerencia de Recursos, su nombre no figura en la lista de eventuales o cargos de confianza), o Vanesa Valiño, jefa de gabinete de la concejal de Vivienda.
EL PESO DEL OBSERVATORIO DESC
En el grupo de confianza de Colau se encuentran también los extenientes de alcalde de Barcelona Jaume Asens y Gerardo Pisarello. El primero es ahora líder de Podemos en el Congreso de los Diputados, mientras que el segundo es miembro de la mesa del Congreso. Con ambos, Colau mantiene una estrecha y continua comunicación. Además, ambos formaron parte del núcleo más duro de los comunes durante la anterior legislatura. A pesar de la distancia, los dos diputados mantienen contacto continuo con la alcaldesa. En la lista figura también la exconcejala Gala Pin, que también mantiene una estrecha relación con Colau y que continúa siendo uno de los principales apoyos externos que tiene.
Se da la circunstancia de que los principales miembros de esta guardia provienen en su totalidad del Observatorio DESC y algunos (como Bañón, Pin o Asens) también habían estado vinculados en alguna medida a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Algunos de ellos estuvieron vinculados, asimismo, a la plataforma V de Vivienda, la organización paralela (y antecesora) de la PAH. En ella participaron Asens como colaborador jurídico y Águeda Bañón, por ejemplo. Por contra, Laura Pérez, que se ha convertido en uno de los principales apoyos de Colau dentro del equipo de gobierno, no pasó por ninguna de esas organizaciones: trabajó en Ecuador y Perú y regresó a Barcelona a finales de 2014, vinculándose a Podemos y entrando como número 9 de la lista de Colau en las municipales del 2015. En el 2019, fue de cuarta en la lista. También es una de las pocas que no se postuló desde Guanyem Barcelona, sino que lo hizo desde Podemos, donde en 2018 ganó las primarias a la secretaría general del partido en Barcelona.
UN ARTISTA VISUAL Y UNA ACTIVISTA
A esta guardia pretoriana que, en buena medida, blinda a Colau desde el 2015, se añaden ahora un par de nombres más: el de Pau Faus, un artista visual y autor del documental Alcaldesa (2016) que se ha convertido en el principal apoyo en materia audiovisual de la alcaldesa. El documental citado obtuvo el premio Gaudí y el premio a la mejor dirección del Festival de Málaga. Su relación, no obstante, viene de lejos. Faus fue el realizador del documental Sí se puede. Siete días en PAH Barcelona. Algunos lo consideran el documentalista de cabecera de todos los comunes, el prototipo de artista vinculado 100 % a la causa.
Otro de los nombres propios con que cuenta Colau está también fuera del circuito del poder local: se trata de Irene Escorihuela, directora del Observatorio DESC, que relevó a Vanesa Valiño en 2015 cuando ésta fue fichada como asesora en el Ayuntamiento. Algunas fuentes también citan a los dos ministros de la cuota de los comunes: Manuel Castells y Joan Subirats, aunque otras fuentes les restan importancia y afirman que si bien al inicio del proyecto de los comunes tenían un peso intelectual en la estrategia de Colau, en la actualidad su influencia es prácticamente residual.