Un local de comida mexicana del Poble-sec, la pesadilla enquistada de los vecinos de la zona. Se trata de Redrum Cocina Mexicana, un bar ubicado en el número 36 la calle de Margarit. Según los residentes de la zona, es un espacio que perturba su descanso desde hace meses y, a pesar de las quejas recurrentes, sus propietarios "no ceden a respetar las limitaciones".
Los afectados ya denunciaron los hechos a Metrópoli el pasado junio y ahora vuelven a hacerlo porque aseguran estar "hartos" de que Redrum "esquive" las inspecciones de la Guardia Urbana. "No nos entra en la cabeza que hayamos llamado decenas de veces a la policía y no hayan hecho ni una inspección", reclaman a este digital.
ENFRENTAMIENTO
Una vecina asegura que el pasado 28 de agosto llegó a enfrentarse con los propietarios. "Los clientes llegaron a llamarme puta por mis quejas", explica.
Según relata, se puso en contacto con los propietarios del local para que advirtiesen a los clientes del ruido y, a pesar de que en un principio lo cumplieron, se desmadró poco rato después y la situación llegó a ser "violenta".
En el siguiente vídeo, cedido a este medio, se observa a un grupo de clientes que, según una de las afectadas, estuvo mucho rato en la vía pública tras la hora del cierre del local:
INCUMPLIMIENTO DEL HORARIO
"Pedimos que pusieran un cartel en la puerta para que respeten a los vecinos y el propietario se negó alegando que tienen una clientela a la que cuidar", explica la afectada.
El principal problema es que los clientes hacen ruido "fuera del horario de apertura". Según asegura el vecindario, permanece abierto hasta altas horas de la madrugada –el escándalo suele empezar sobre las 01:30 horas– con la persiana abierta a medias. Además, "sirven copas y cervezas" fuera del local, sobre todo cuando hay conciertos cerca o "algún evento del que puedan sacar provecho".
CONCIERTOS
El pasado junio, coincidiendo con el concierto de Red Hot Chili Peppers, el local abrió sus puertas en un día laborable –martes– a pesar de que no tiene permitido atender al público, tal y como se muestra en el cartel de la puerta de entrada.
Aún así, se formó una pequeña fiesta al aire libre en la que "se usaban los postes eléctricos a modo de barra", relatan los vecinos.
"DEJADEZ" DEL BARRIO
Los vecinos tienen el foco puesto en este problemático local aunque denuncian que es tan solo "la punta del iceberg" de lo que sucede en el Poble-sec.
"Es un barrio olvidado por el Ayuntamiento", reclaman los residentes. "El pasotismo, la dejadez y la permisividad aquí es insostenible", añaden.
OTROS PROBLEMAS
Otra de sus grandes quejas es el ruido del camión de la basura: "Desde las 00:00 hasta las 04:00 horas pasa varias veces haciendo mucho ruido y molestan al vecindario", explican.
Además, varios afectados aseguran que la limpieza en el barrio "brilla por su ausencia". "El Raval y el Poble-sec somos los grandes olvidados del distrito", sentencian.