Alberto R. es el hombre que ha sido detenido por, presuntamente, atacar a dos jóvenes de 21 y 22 años en la calle de Balmes este fin de semana. Ha salido a la luz el pasado delictivo de este asesino, que fue condenado hace catorce años por matar a un vigilante de seguridad en un parking de Gràcia. El hombre estaba en tercer grado penitenciario cuando ha agredido a las chicas con una piedra mientras les decía que las iba a matar.
Tal como explican las víctimas, estaban volviendo de fiesta cuando fueron brutalmente agredidas por este hombre. Afortunadamente, los testigos que estaban por la zona consiguieron retenerlo hasta que llegaron los Mossos d'Esquadra. Después de pasar a disposición judicial, ha ingresado en prisión de manera provisional y sin fianza.
CRIMEN EN LA TRAVESERA DE GRÀCIA
Este hombre, de 50 años y de nacionalidad española, estaba en tercer grado penitenciario por un homicidio de verano del 2008, avanza La Vanguardia. Tal como explica la sentencia, los hechos pasaron en un parking situado en la travesera de Gràcia, donde había trabajado anteriormente. La víctima era un trabajador de unos 50 años, natural de Argentina y que estaba haciendo una sustitución.
Alberto, aprovechando esta situación, entró en el párquing para intentar robar 300 euros de la caja. La víctima lo pilló con las manos en la masa e intentó retenerlo. Fue entonces cuando el hombre sacó un cuchillo y lo empezó a apuñalar hasta matarlo. En el juicio, lo negó todo, pero las pruebas de ADN demostraban sus mentiras: encontraron sus restos biológicos en el cuerpo de la víctima.
"SÉ QUIEN ERES, OJO"
La mentira que explicó en el juicio fue la siguiente: oyó unos chillidos muy fuertes y vio que unos hombres estaban agrediendo al vigilante. Él intentó separarlos y lo amenazaron diciéndole "sé quien eres, ojo". Entonces, se fue corriendo, atemorizado por las palabras de los agresores.
CONDENANDO POR HOMICIDIO
Esta versión de los hechos está repleta de datos que no cuadran y el jurado no la dio por válida. Alberto fue condenado a 16 años de cárcel por homicidio con la agravante de abuso de superioridad y robo con violencia. Además de la pena de cárcel, el procesado debe pagar una indemnización total de 900.000 euros a la madre y a los cinco hijos del vigilante fallecido.