Las bandas latinas vuelven a estar en el punto de mira. Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, parece haber encontrado la solución para erradicar el terror que siembran las maras salvatruchas en el país centroamericano. Se trata del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la cárcel más grande que jamás se ha construido en el continente. Ya han trasladado a 2.000 pandilleros y, según las palabras del Bukele, "esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin poder hacerle más daño a la población".

 

MARA SALVATRUCHA

Gracias a la macrocárcel, la tasa de criminalidad ha bajado drásticamente en El Salvador. No obstante, este centro penitenciario ha levantado muchas polémicas por las imágenes que el mismo presidente ha difundido: algunas organizaciones aseguran que las condiciones de los internos atentan contra los derechos humanos. El problema de los pandilleros no es exclusivo del otro lado del charco. Los integrantes de la Mara salvatrucha se han desplazado a varias ciudades y, en Estados Unidos, suponen un peligro para la seguridad nacional.

En 2013, ya intentaron instalarse en España a través del Programa 34, un acuerdo en el que se comprometían a instaurar nuevas clicas, que son las estructuras mínimas que crean estos pandilleros. Todo esto se hizo bajo el control de la Mesa de Ranfla, el órgano de máxima autoridad de la mara de El Salvador. El operativo, a manos de la Guardia Civil, se saldó con 40 detenidos.

BARRIO 18

Diez años después, lo han vuelto a intentar. Esta vez, en Barcelona, concretamente, en el distrito de Nou Barris. Todo empezó cuando la Guardia Urbana descubrió que había grupos de jóvenes, algunos de ellos menores de edad, que copiaban el modus operandi de los pandilleros. Lo comenzaron a investigar en un operativo conjunto con la Policía Nacional, un operativo que se saldó con 15 detenidos por, presuntamente, pertenecer a la mara Barrio 18, una de las organizaciones criminales más peligrosas de El Salvador.

Los miembros de esta banda están relacionados con todo tipo de delincuencia: robos, secuestros, torturas, agresiones sexuales y asesinatos. Son un colectivo muy peligroso que ha empezado a entrar en decadencia en El Salvador, el lugar en el que se formó el grupo. No obstante, están intentando expandirse a otros países para poder seguir con su actividad criminal.

Los pandilleros en la cárcel de El Salvador 

España es uno de los países favoritos de los pandilleros, ya que comparten idioma y parte de la cultura. En Madrid, suponen un grave problema de seguridad: han asesinado a menores de edad y han participado en actos de lo más crueles y macabros como, por ejemplo, amputar los brazos a machetazos a aquellos que querían abandonar el grupo. En la capital hay presencia, sobre todo, de los Dominican Don't Play (DDP) y los Trinitarios. 

OPERACIÓN SALVAGUARDA

En Barcelona, de momento, las bandas latinas no tienen especial impacto, pero están en el punto de mira de la policía, y más después de la operación Salvaguarda en Nou Barris. A pesar de que la banda tiene orígenes salvadoreños, casi todos los arrestados son de nacionalidad hondureña. Según confirman fuentes policiales a Metrópoli, La han pedido la expulsión de nueve de los detenidos, que actualmente están en libertad con medidas cautelares.

La mara de los Barrio 18 son conocidos en El Salvador como el "Ejército de los Niños", ya que reclutan, sobre todo, a menores de edad. El perfil que más captan son adolescentes vulnerables que se encuentran en riesgo de exclusión social, ya que son susceptibles de caer en esta espiral de violencia, de la que es muy complicado salir. Los aspirantes que quieren entrar en el grupo tienen que pasar un ritual de iniciación.

Un joven perteneciente a las maras latinoamericanas / ARCHIVO

VIOLENCIA Y ASESINATOS

Estos rituales son distintos para hombres y mujeres. Los primeros tienen que soportar una paliza de 18 segundos por parte de los miembros de la banda. Las segundas deben tener sexo con todos los integrantes de la clica. Cuando ya ha pasado esta primera fase, los aspirantes empiezan a delinquir. Las pruebas pueden ir desde un robo con violencia hasta un asesinato, en el peor de los casos. 

De hecho, eso mismo fue lo que empezó a llamar la atención a la Guardia Urbana de Nou Barris. Habían empezado a detectar conductas típicas de los pandilleros, que se sumaban a los mensajes de alerta de varios profesores, que tenían sospechas de que algunos alumnos se juntaban con malas compañías. Los líderes habían encargado a los nuevos aspirantes traficar droga y cometer robos y agresiones. 

LOS HONDUREÑOS, ATERRADOS

Los agentes temían que la escala de violencia aumentara. De hecho, este fue el desencadenante que motivó las detenciones y los registros domiciliarios, en los que intervinieron armas blancas, grandes cantidades de dinero en efectivo, material informático y objetos y símbolos estrechamente relacionados con la peligrosa banda latina. Estos delincuentes tenían aterrados a los hondureños de Nou Barris, ya que tenían miedo de que sus hijos acabaran formando parte del grupo criminal.

Algunos de ellos, habían recibido amenazas contra la integridad física de sus familiares, residentes en el país centroamericano. De hecho, por este motivo el operativo se llama Salvaguarda, porque el objetivo de los agentes era salvaguardar la seguridad de los hondureños del distrito, que por fin están tranquilos después de que se haya desarticulado el mayor intento de creación de una clica en España.

EL SALVADOR

La mara Barrio 18 también es conocida popularmente como "Calle 18" o "la 18". Entre sus signos identificativos se encuentran los números XV3, XVIII, X8 y 99. Sus colores predilectos son el azul y el negro. El azul hace referencia a la mafia relacionada con el narcotráfico en México y el negro es el color original de la banda de El Salvador. Otro hecho que los caracteriza son sus grandes tatuajes, sobre todo en la cara.

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