Hace tres años que quedó atrás la pandemia, pero el principal problema que derivó de ella sigue afectando a toda la sociedad. La incertidumbre y el estrés social han avivado trastornos mentales que amenazan en convertir la próxima crisis sanitaria en una epidemia de mala salud mental: estrés, depresión y, en el peor de los casos, el suicidio. Algunos lo llaman la pandemia silenciosa. Solo hace falta observar los últimos datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que demuestran que en 2022, el suicidio se mantuvo como la primera causa de muerte externa, con 4.002 fallecidos, un 1,6% más que en 2020. No hay recetas mágicas para combatirlo, apuntan los expertos consultados, pero sí reclaman un plan de choque para reforzar la atención y dar respuesta a la demanda creciente de ayuda. Todos coinciden en que es necesario reforzar la educación emocional y combatir el estigma que pesa sobre este tipo de dolencias. Pero, sobre todo, insisten en que urge más personal.

EXÁMENES PIR

La raíz del problema se encuentra en la falta de plazas convocadas para el examen PIR, obligatorio para trabajar en el sistema de sanidad público español. Hay muchas diferencias entre los diferentes exámenes de FSE --Formación Sanitaria Especializada--. Mientras que en el MIR --Médico Interno Residente-- el número de plazas ofertadas por el Ministerio de Sanidad asciende a 8.550 para 12.668 aspirantes, en el PIR --Psicólogo Interno Residente-- son muchas menos: 231 para 4.073 aspirantes.

Concentración de Médicos Internos Residentes (MIR) en la plaza Sant Jaume de Barcelona / EUROPA PRESS

La barcelonesa Laura Barbero ha conseguido ser la número uno en la convocatoria PIR 2023. A pesar del orgullo que esto conlleva, la joven asegura a Metrópoli que no fue fácil. "Es un proceso muy duro por las interminables horas de estudio. Pero lo más complicado es la incertidumbre de saber si conseguirás plaza o no". Antes de conseguirlo, Laura se presentó al PIR dos veces más, pero sin éxito. "Es un examen muy injusto. Conozco a gente muy preparada y capacitada que no saca plaza, por lo que no puede entrar en la sanidad pública", lamenta la psicóloga. Según Laura, las diferencias entre profesiones sanitarias se debe a lo que la sociedad considera "más necesario".

RATIOS MÍNIMAS

Del total de las 231 plazas PIR ofertadas en toda España, 46 se encuentran en Catalunya. Las ratios catalanas son de 12 psicólogos por 100.000 habitantes, cifras muy inferiores a las de la media europea, que es de 18 psicólogos por 100.000 habitantes. "Es muy difícil dar una atención de calidad al paciente con estas ratios tan mínimas", lamenta a este digital Oscar Pino, del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya.

Según los datos facilitados por el Departament de Salut de la Generalitat, en la región sanitaria de Barcelona constan un total de 987 psicólogos públicos, a los cuales se debe añadir 72 referentes de bienestar emocional, la mayoría también psicólogos. "La demanda crece y faltan manos", insisten las fuentes consultadas, que añaden que estas cifras son "ridículas" en una región que sobrepasa el millón de habitantes.

Este digital pidió a Salut el número de psicólogos públicos de la ciudad de Barcelona, a lo que el Departament respondió que el dato solo se recoge por regiones sanitarias. La Región Sanitaria de Barcelona se distribuye en tres zonas: 

  • Zona Metropolitana Norte: que comprende el ámbito territorial del Barcelonès Nord, Maresme, Vallès Occidental y Vallès Oriental.
  • Zona Metropolitana Sur: que comprende el ámbito territorial del Alt Penedès, Baix Llobregat, el Garraf y el Barcelonès Sud.
  • Barcelona ciudad.

En total, una región que acumula más de tres millones de habitantes.

DESIGUALDAD TERRITORIAL

A pesar de que Catalunya es una de las regiones con más plazas ofertadas en la convocatoria del PIR, en el territorio catalán existe una desigualdad territorial. Según explica Pino, el sistema público de la capital catalana está "un poco mejor" a diferencia de municipios del área metropolitana e incluso de otras capitales de provincia. Es decir, hay una centralidad muy latente en Barcelona. Esto se debe, tal como detalla Pino, a que Barcelona es un gran reclamo para muchos residentes de psicología, que quieren trabajar en los hospitales de referencia, como es el caso de Laura, que quiere hacer su residencia en el Hospital Clínic. Sin embargo, esto supone un problema para la población que reside fuera de Barcelona, que se ven obligados a desplazarse a la capital para ir al psicólogo. En el caso del resto de provincias, el número de psicólogos desciende debido al interés que los PIR muestran para trabajar en Barcelona.

Laura Barbero, número uno del PIR 2023 / CEDIDA

ATENCIÓN PRIMARIA

"En todos los grandes hospitales hay una plaza vacía de psicología clínica", critica con contundencia Pino. Gran parte del problema se debe "a la mala planificación tanto del Ministerio de Sanidad como del Departament de Salut desde hace más de 10 años". 

La carencia estructural en el sistema pasa por el colapso en la atención primaria. Los pacientes que necesitan un tratamiento psicológico son derivados, tarde, a los especialistas. Si bien los trastornos graves tienen acceso preferente en el circuito asistencial, los trastornos menores se quedan en una especie de limbo, aguardando en una lista de espera que, según Pino, "es habitual que sea de varios meses". Por esta razón, otras personas se ven abocadas a acudir a psicólogos privados. Esto no sería un problema si no fuera porque no todo el mundo se lo puede permitir. Así pues, los expertos reclaman especialistas en salud mental en todo el sistema sanitario, sobre todo en la puerta de entrada, como es la atención primaria. "A raíz de la pandemia se han acentuado mucho los problemas de salud mental. Aunque en un primer momento no son graves, pueden llegar a serlo si no se hace una intervención temprana y esto solo se puede hacer mediante psicólogos en los CAPs", concluye Pino.

Laura, que coincide con Pino, aboga también por convocar más plazas PIR para que así se dote de más profesionales preparados en la sanidad pública y dar una atención de calidad. "Si no dejamos que psicólogos bien preparados entren en el sistema público, no solucionamos nada". 

POLÍTICAS SOBRE SALUD MENTAL

Según la Encuesta de Salud 2021 elaborada por la Agència de Salut Pública de Barcelona (Aspb), la salud mental de los barceloneses ha empeorado durante los últimos años. El informe revela que el 15,2% de las mujeres y el 11,7% de los hombres no han recibido la atención psicológica necesaria por motivos económicos. Además, el sondeo señala que el 31,4% de las mujeres y el 21,6% de los hombres barceloneses presentan una mala salud mental –en 2016 los porcentajes eran del 19,9% y del 16,5% respectivamente--. Estas cifras son alarmantes y ponen de manifiesto la necesidad de elaborar políticas sobre los trastornos mentales.

Desde el inicio de la pandemia, la salud mental ha estado en boca de los representantes políticos. En Barcelona, el Ayuntamiento impulsó el Plan de Salud Mental 2016-2022, que se despliega en cuatro líneas estratégicas que van desde el abordaje de los determinantes sociales que afectan a la salud mental de la población hasta medidas para garantizar los servicios necesarios y una atención accesible a todo el mundo, prestando atención a las personas en situación de vulnerabilidad. En el marco de este plan se encuentra el espacio Konsulta’m, un servicio de apoyo psicológico gratuito dirigido a la población infantil y a adolescentes y que no requiere de cita previa.

Por su parte, el organismo encargado del 061 contrató hasta 100 profesionales de salud mental especializados en situaciones de crisis y emergencias. Tras el pico de la pandemia, todavía se mantiene activo la web app que deriva a los profesionales de salud mental del 061 y se ha abierto la Taula de Salut Mental del 061 Salut Respon, un servicio que atiende los casos con un riesgo elevado de suicidio.

Desde el Departament de Salut han preparado el Programa de Benestar Emocional i Salut Comunitaria en la atención primaria, que prevé la incorporación de un referente de bienestar emocional comunitario a los equipos de atención primaria de Catalunya. De hecho, los presupuestos de la Generalitat de 2022 destinaron un 10,4% más que en 2020 a la atención de la salud mental.

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