Una 'inquiokupa' monta una guardería para perros ilegal en un piso del Eixample
Los vecinos del edificio ubicado en Consell de Cent están "hartos" del olor, suciedad y ruido causados por los animales
19 abril, 2024 23:30Noticias relacionadas
Una inquiokupa --término que utilizan los abogados para los inquilinos que se demoran o no pagan el alquiler y siguen en las viviendas-- ha montado una guardería para perros ilegal en un piso del Eixample de Barcelona. La mujer, Montse, reside en un edificio de la calle Consell de Cent, donde hace de "niñera" de canes para su cartera de clientes. Las redes sociales son su principal herramienta para promocionar sus servicios. En concreto, utiliza su cuenta de Instagram para presentar su negocio en la descripción como "guardería de día y de noche".
Los vecinos explican a Metrópoli que Montse vive en el inmueble "sin pagar desde hace más de seis años". Ella niega la acusación: "Mi padre me avala, tengo contrato". Fuentes judiciales confirman a este digital que Montse tiene un procedimiento abierto desde 2021 por impago de alquiler.
Pese a que no paga el alquiler, la morosa sigue viviendo en el piso, donde hace cuatro años empezó a "trabajar" con los perros. Desde entonces, varios clientes dejan cada semana a sus perros junto a ésta "en la entrada del bloque de pisos".
"Asociación contra el maltrato"
En conversación con Metrópoli, Montse corrobora que lleva cuatro años con el "empleo" y que su objetivo es financiar una asociación que ella misma fundó "contra el maltrato de los animales y las mujeres". "Quiero investigar más acerca de la salud mental de los animales, ya que los perros también sufren depresiones y no se tratan", señala.
La "cuidadora" relata a este digital los requisitos que deben cumplir los dueños de los animales antes de ofrecer su servicio de guardería canina. "Primero tengo que ver al perro, ya que es importante la conexión que tenga con él porque estará en mi casa", afirma. Por ello, Montse duerme una noche con el animal antes de aceptar acogerlo.
25 euros al día
Otro de los requerimientos que pide es que los propietarios traigan todos los informes con las vacunas correspondientes y la comida habitual del animal. En caso de alergia, también pide que se le notifique. En cuanto a las tarifas, Montse cobra 25 euros un día ordinario y 30 euros durante días festivos como Navidad, Fin de Año o San Juan.
La inquiokupa asegura que cuenta con una amplia cartilla de clientes fidelizados e intenta cuidar los perros de personas con las que ya tiene una cierta confianza. Además de tener una cuenta de Instagram para visibilizar su servicio, también está presente en Facebook y TikTok.
Suciedad, ruidos y gritos
Varios inquilinos manifiestan a este digital su hartazgo por la presencia de suciedad que ocasionan los animales que cuida la ocupante. "Lo llenan todo de babas, mal olor y roña", lamenta uno de los residentes. "Los saca a pasear con frecuencia durante el día empleando el ascensor de forma regular y pasando por el vestíbulo del edificio".
Otro vecino del bloque afirma a este medio que la ocupante "tiene cada semana chuchos diferentes" y que la ha llegado a ver salir del bloque "hasta con cinco perros en un solo día". Él mismo también confiesa estar "harto" de la suciedad que los animales dejan en las zonas comunitarias del edificio.
Malos tratos a los vecinos
Otro de los residentes lamenta los ruidos que genera la guardería ilegal. "Están todo el rato ladrando", afirma, al mismo tiempo que describe como "insoportable" la situación, la cual se complica con los malos tratos de la morosa hacia los vecinos. "Nos trata mal, a veces chilla sin motivo alguno", explica uno de los afectados. Lo confirma otro vecino: "Le tenemos hasta miedo". De hecho, algunos residentes han llegado a irse del edificio por no poder "aguantar más su presencia".
Pendiente de desalojo
Fuentes judiciales confirman a Metrópoli que el propietario de la vivienda presentó una demanda en 2021 por impago de alquiler. La acusada deberá abandonar la casa según resuelve el juzgado, ya que no cumple los requisitos de vulnerabilidad. Servicios sociales tienen conocimiento de la situación.