Los Mossos d'Esquadra blindaron el Estadi Olímpic de Montjuïc para dar seguridad a los más de 50.000 aficionados que se reunieron el martes para ver el Barça- Paris Saint-Germain. Metrópoli acompañó al Grup Regional de Motos (GRM) --conocidos como los Guilles-- y al Grup Regional de Delincuencia Urbana (GRDU) -- los fura-- a cubrir el macrodispositivo, en el que participaron cerca de 350 agentes.
Este partido de cuartos de final ha contado con medias de seguridad excepcionales, ya que el Estado Islámico había amenazado con atentados en varios estadios. A todo esto, había que sumarle los posibles enfrentamientos entre los Boixos Nois y los Ultras París. Por si no fuera poco, la aglomeración de hinchas era caldo de cultivo ideal para los delincuentes, que aprovechan cualquier distracción de los asistentes para venderles entradas falsas o robarles sus pertenencias.
Los Guilles escoltan a los jugadores
Teniendo en cuenta todo este panorama, el intendente Rafael Tello había organizado el operativo pensando en todos los detalles con un único objetivo: garantizar la seguridad tanto de los jugadores como de los aficionados. Sergi Muñoz, subinspector de la Unitat Regional de Seguretat Ciutadana (URSC), explica en unas declaraciones en este digital que el objetivo de los Guilles era acompañar a los jugadores hacia el estadio, algo que se puede llegar a convertir en todo un reto en una ciudad tan transitada como Barcelona. Precisamente por ese motivo habían trazado varios itinerarios para hacer frente a cualquier imprevisto: "Lo importante no es que lleguen rápidamente, es que lo hagan de manera segura".
El equipo blaugrana, como es habitual, se había alojado en la Ciutat Esportiva de Esplugues de Llobregat. Los jugadores del Paris Sanit-Germain pasaron la noche en el lujoso hotel Vela de la Barceloneta. Durante el traslado de los equipos al estadio, ya han comenzaron los primeros enfrentamientos entre ultras. A las 17:00 horas, la policía catalana detuvo a un radical del PSG por agredir a un hincha del Barça. Posteriormente, los agentes de la Brigada Mòbil (BRIMO) y el Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) cargaron para separar a los aficionados del Barça y PSG tras varios insultos y lanzamientos de bengalas.
El escenario ideal para ladrones oportunistas
Este tipo de partidos, que tantas masas movilizan, son el escenario perfecto para los ladrones oportunistas. Meri --sargento de los fura-- era la encargada de coordinar a los agentes del GRDU, que se camuflaban entre los aficionados para atraparlos con las manos en la masa. Tal como explica la mujer a Metrópoli, han detectado un cambio de tendencia en la modalidad delictiva de los estafadores de entradas: "Antes vendían tickets falsos impresos en papel, pero últimamente lo hacen con el móvil, con QR's fraudulentos". Esta digitalización de las estafas supone todo un reto para los fura, ya que los sospechosos apagan el móvil rápidamente para evitar que los policías vean el contenido ilegal que esconden en su smartphone.
Los fura pillaron in fraganti a uno de los estafadores intentando vender dos entradas falsas por valor de 700 euros cada una. Pero eso no es todo: también detuvieron a otra persona acusada de un delito de estafa por el mismo motivo. Los cacheos hasta las 21:00 horas fueron constantes y, una vez iniciado el partido, muchos de los delincuentes abandonaron el recinto exterior del Estadi Olímpic.
El Barça se despide de la Champions
El resultado final del partido era una de las mayores preocupaciones de la policía catalana ante la posibilidad de que se generaran disturbios por parte de los ultras, como ya pasó con el Barça-Nàpoles, que se saldó con varios agentes de la BRIMO heridos. El partido culminó con la eliminación del Barça de la Champions ante la victoria del PSG y los Mossos pudieron controlar a los grupos radicales, que abandonaron el Estadi Olímpic sin causar más problemas significativos.