La Guardia Urbana de Barcelona ha dicho basta. Según ha podido saber Metrópoli, la plantilla ha decidido plantarse y no realizará horas extra durante todo agosto.
El cuerpo local de policía lanza así un dardo al Ayuntamiento de Barcelona: espera que el gobierno municipal de Jaume Collboni escuche sus peticiones y se ponga manos a la obra para solucionar los problemas que asolan a la plantilla desde hace años.
Falta de recursos
Absentismo laboral, ansiedad y estrés, falta de agentes, falta de recursos materiales... Son algunas de las tantas carencias que el sindicato CSIF, el mayoritario en Guardia Urbana, lleva años denunciando frente a la administración: "Todo ello deriva en una pérdida del principio de autoridad y estamos muy quemados", ha explicado en declaraciones a Metrópoli su secretario general, Eugenio Zambrano.
Zambrano ha secundado la decisión de no realizar ampliaciones de jornada durante el verano, algo vital para la ciudad de Barcelona teniendo en cuenta el macro evento que se avecina: la Copa América de vela. La negativa del cuerpo a realizar horas extras en época estival tendrá un impacto directo en la competición deportiva, el acontecimiento más importante para la ciudad de todo este año. Para el Ejecutivo local es una prioridad garantizar la seguridad en el litoral durante la Copa América, hecho que se complicará con el nuevo desafío de los agentes.
Síndrome del "burnout"
Desde CSIF denuncian que un 15% de las bajas por ansiedad se intentan camuflar como accidentes de trabajo cuando la realidad es que los policías sufren una "fatiga física y mental" crónica o prolongada, producida por la exposición continuada a una situación estresante.
Un síndrome que tiene nombre, el de "burnout", y que se ve agravado por la mala gestión de la Administración y la Jefatura de Policía, según ha denunciado Zambrano, sobre las condiciones laborales del colectivo, vulneración de derechos y una organización que califican de deshumanizada. ¿En qué deriva? En un absentismo laboral que la oferta de plazas públicas no soluciona.
Deuda de plazas
En un informe elaborado desde el Àrea de Prevenció, Seguretat, Convivència i Règim Interior que el ayuntamiento ha hecho público en el pleno celebrado este viernes, se defiende que en septiembre de 2023 se dio la bienvenida a 129 agentes y el próximo 5 de septiembre se hará lo mismo con una nueva promoción de 104 agentes. También en septiembre de este año se incorporarán en el Institut de Seguretat Pública de Catalunya (ISPC) 128 aspirantes más. El consistorio asegura que con estas incorporaciones, la Guardia Urbana se situará en máximos históricos, ligeramente por encima de los 3.500 efectivos.
Sin embargo, a CSIF las cifras no le cuadran porque aseguran que el consistorio no ha convocado la deuda de plazas que sufren desde hace años: "La tasa de reposición es de un 125%". Añaden que, cuando entró Ada Colau en el gobierno, la plantilla subía a unos 2.900 agentes. Aunque ha aumentado, "desde 2015 hasta ahora solo han entrado 500 policías más".
Infraestructuras y vehículos
En el mismo informe referido, el consistorio defiende que el año pasado se invirtió en todos los edificios y equipamientos de todas las unidades territoriales y que el total de dinero ascendía a 996.627 euros. Mencionan, además, la nueva comisaría de Sarrià con un gasto de casi 20 millones. Zambrano, en cambio, discrepa: "Hace falta más inversión en comisarías tipo y no tirar el dinero como lo están haciendo en edificios administrativos que nunca serán una comisaría".
En cuanto a los nuevos vehículos que el gobierno municipal asegura haber incorporado, unos 184, CSIF objeta: "Se ha invertido en una flota que sigue siendo escasa y es muy
discutible. Los vehículos que se han escogido tienen falta de operatividad".
El sindicato también lamenta la lentitud a la hora de incorporar el nuevo material policial: tásers, lanzadoras, armas largas, pistolas de pimienta, botes de spray de dotación individual o repuesto de fundas de chalecos antibalas. Por todo ello, CSIF califica este informe por parte del ayuntamiento como un análisis "fantasma" porque no refleja la realidad del cuerpo local de policía.
Gasto en horas extras
El verano en Barcelona será, por lo tanto, duro: "La plantilla ha dicho basta". Los datos anuales podrían llevar a equívocos y es que según el consistorio, en 2023 se gastó un total de 11 millones de euros en servicios de ampliación de jornada. El doble que en 2022 y que en 2021. "El gasto es brutal, pero obedece a servicios estructurales que podrían suplirse con una plantilla estable", justifica Zambrano.
Una medida, la de la no realización de horas extras, que busca abrir un diálogo social con los mandatarios para que "la Guardia Urbana deje de ser siempre la perjudicada".