Los embalses del sistema Ter-Llobregat, que abastecen Barcelona y su área metropolitana, siguen disminuyendo su capacidad y se encuentran al 29,3%. Hace tan solo una semana estaban al 29,8%, según datos del último informe de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA).

Estos embalses bajaron del 30% el pasado 29 de septiembre, cuando llegaron al 29,9% de su capacidad (no tenían un nivel tan bajo desde el 24 mayo de este año, cuando estaban al 29,6%). Actualmente, tienen 179,51 hectómetros cúbicos de agua por encima de los 134,12 del año pasado, cuando estaban al 21,91%.

El pantano de Sau, a 22 de junio de 2024 Lorena Sopena - EP

Por otro lado, los embalses de las cuencas internas catalanas se encuentran al 27,7%, lo que supone 0,4 puntos menos que el 28,1% de la semana pasada. Aun así, se encuentran por encima de la capacidad que tenían el año pasado en estas mismas fechas, cuando estaban al 21,1%.

Futuros escenarios de sequía

La portavoz y consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat, Sílvia Paneque, ha asegurado en una rueda de prensa celebrada este martes que el Govern contempla que Barcelona podría entrar en fase de emergencia por sequía “en el peor de los escenarios” a finales de 2025.

Paneque ha explicado que este escenario se produciría en caso de que la pluviometría de 2024 fuese menor que la de 2023, cuando se alcanzó el “mínimo histórico”.

El Ejecutivo catalán también tiene en cuenta otros dos posibles escenarios: en caso de “normalidad de las lluvias”, no se entraría en fase de emergencia, y en caso de que la pluviometría fuese igual que la del 2023, la emergencia comenzaría en primavera de 2025 y finalizaría en otoño de ese mismo año.