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Ya no hay vuelta atrás. El fracaso de las últimas negociaciones aboca a una huelga en el sector de la limpieza y la recogida de basuras en Barcelona. El sindicato UGT ha convocado a los cerca de 4.500 operarios que trabajan en la ciudad a un parón que arrancará el día 22 a las 22:00 horas y durará hasta el día de Navidad (25 de diciembre) también hasta las 22:00 horas.

La convocatoria definitiva tiene lugar justo después de que el sindicato mayoritario haya mantenido una reunión en la sede del Departament d'Empresa i Treball de la Generalitat con representantes de las administraciones y las cuatro empresas que ostentan el servicio en la capital catalana: FCC, Urbaser, CLD y Valoriza.

Se espera, asimismo, una especial incidencia de esta movilización, pues las reuniones navideñas, eventos y cenas familiares hacen que aumenten los residuos generados.

¿Y cuál ha sido el principal escollo? Según UGT, se partía de una falta de confianza entre el sindicato y las empresas y, aunque ha habido contactos a lo largo de este mes, no ha sido suficiente para avanzar en la cuestión económica.

Mejora salarial

De hecho, el principal motivo de la convocatoria es presionar para desencallar las negociaciones del convenio colectivo con una mejora salarial. Hasta la fecha, las empresas se han mantenido --según el sindicato-- contrarias a subir el salario de sus empleados.

En declaraciones a Metrópoli, el delegado de UGT Ramón Cebrián ha detallado que ya "no es posible ninguna mediación, por lo que está en debate ahora los servicios mínimos".

Basura fuera de los contenedores de la calle del Comte Borrell / TWIITER BARCELONA ES QUEIXA

"Se trata de dar cobertura a espacios como mercados, hospitales y otros sitios esenciales". También "la recogida del vidrio, porque si se rompen las botellas pueden ser peligrosas, las brigadas de emergencia por si hay alguna eventualidad".

"Sorprende la propuesta elaborada por las empresas, que inciden en la recogida del cartón, creemos que porque queda mal visualmente". "Lamentamos haber tenido que llegar a esta situación y tener que hacer una huelga que desde hace 40 años no se hacía en Barcelona", añade.

Más aún, asegura, cuando "lo único que pedimos es un aumento sobre la base del IPC de 2023 --ni siquiera el de 2024-- y aun así se han enrocado en el 'no'".

El Ayuntamiento, de acuerdo con el sindicato

"Es intolerable e inadmisible que la actualización de sueldos de los trabajadores sea del 0% cuando, en julio, el Ayuntamiento hizo una aportación adicional de 168 millones de euros a la contrata de limpieza", espetó la primera teniente de alcalde del gobierno municipal, Laia Bonet.

Limpieza de las calles de Barcelona con agua freática AJUNTAMENT DE BARCELONA

Se trata, pues, de una aportación de un 10% extra del total presupuestado en un inicio. Bonet aseguró que, precisamente, en el primer capítulo del documento aprobado para esta aportación se expresaba que esa aportación debía ir en buena medida a la "actualización de los sueldos de los trabajadores".

"El Ayuntamiento ha hecho su parte. Ahora hace falta que lo hagan las cuatro empresas concesionarias", reclamó la teniente de alcalde.

Huelga en solitario

A pesar de que se prevé que buena parte de la plantilla secunde el parón, la mayoría del resto de sindicatos con representación en la misma han rechazado adherirse a la huelga.

Es el caso de CCOO, que lamenta que la convocatoria se haya hecho "sin haber contado con otras secciones sindicales con presencia en la firma del convenio y sin haber hecho asambleas con los trabajadores".

Basuras recogidas durante una ruta en Sarrià PROU

Además, "tampoco compartimos el hecho de que se haya convocado (la huelga) sin peticiones concretas y que ninguna petición vaya más allá de revisar el salario de 2023".

El sindicato PROU, por su parte, asegura que dejan libertad a sus afiliados para adherirse a la huelga. "No obstante, como organización no secundamos la huelga, porque no se han hecho asambleas ni se ha consultado a la plantilla.

La plantilla sufre una situación de desinformación sobre el estado de las negociaciones" y creen que "todo ha quedado muy ambiguo". Además, "nuestro convenio colectivo lleva caducado desde 2018 y las negociaciones van encaminadas a la revisión salarial de 2023, dejando el resto de años fuera de la ecuación".

A la edición de este artículo, ninguna de las empresas ha respondido a la solicitud de contacto formulada por este medio.