Drástico inicio de año para las cárceles catalanas. El primer fin de semana de 2025 se ha saldado con siete funcionarios heridos en manos de internos. Unos datos que Marea Blava ha denunciado a Metrópoli y que, según los mismos, reafirman la tendencia al alza de la agresividad de los reos durante los últimos años. “Las Navidades siempre son fechas conflictivas”, expresa Roberto, portavoz de la asociación.
Siete funcionarios heridos
El balance, tres días después de iniciar el año, es negativo. Uno de los incidentes más graves ocurrió el domingo día 5 por la mañana en Brians 2, la prisión de Sant Esteve Sesrovires. Un interno en primer grado atacó a tres funcionarios por sorpresa cuando estos lo trasladaban de celda.
Fruto de los golpes, dos de las víctimas recibieron atención sanitaria, una de ellas por una contusión en la cara y otra por la fractura de un dedo de la mano. No es la primera vez que el reo protagoniza un incidente, tal como aseguran a este medio fuentes internas de la prisión.
En Ponent, Lleida, también tres funcionarios sufrieron varias lesiones cuando intentaban rescatar a un preso de un incendio que él mismo había provocado en la celda. El recluso les golpeó con fuerza, provocándoles varias lesiones.
Paralelamente, una mujer fue agredida en Puig de les Basses, Figueres. Desde Marea Blava inciden en la importancia de aplicar el reglamento a los presos que tienen un mal comportamiento, una dinámica “esencial para evitar este tipo de situaciones”, pero que, según lamentan los mismos, “no siempre se pone en práctica”.
Trifulca en Brians 1
Brians 1, conocida por ser la cárcel más peligrosa de Catalunya, tampoco se ha librado. El pasado 6 de enero, un día después de los anteriores incidentes, ocho internos protagonizaron una pelea multitudinaria, por la que han sido sancionados con el aislamiento penitenciario.
Como consecuencia de la trifulca, un funcionario recibió un fuerte golpe en el codo. Ocurrió en el módulo 3, el más conflictivo de la prisión.
De hecho, en Brians 1 los trabajadores se han puesto las pilas, y según nos comentan los mismos, se están realizando “más decomisos que nunca”. Esto ha llevado a los funcionarios a tener un mayor control sobre los internos, especialmente tras los vis a vis, momento en el que los reos aprovechan para introducir droga. “Antes, si la cantidad no superaba los 100 gramos, no había consecuencias. Ahora sí”, explica Roberto a este medio.
Aplicar el régimen cerrado
Otro de los aspectos que exigen desde Marea Blava es una mayor aplicación del régimen cerrado, una modalidad de aislamiento para aquellas personas privadas de libertad que cumplen condena y que son calificadas de peligrosidad extrema o inadaptadas a los demás regímenes de vida.
Desde la asociación denuncian que en muchos casos no se aplica el régimen cerrado porque la dirección “no lo ve necesario”, lo que tiene un efecto llamada para el resto de presos, que “se aprovechan de la pasividad”. “Estamos seguros de que si usáramos esta modalidad de aislamiento en más ocasiones se reducirían las agresiones hacia los funcionarios”, señalan.
Año negro para las cárceles catalanas
Estos ataques auguran un año complicado para las cárceles catalanas, que en marzo de 2024 tuvieron que lamentar el asesinato de Núria, una mujer nacida en Castelldefels que trabajaba como cocinera en la prisión de Mas d’Enric, en Tarragona. Su trágica muerte conmocionó a los funcionarios de todo el país y puso de manifiesto la necesidad de implementar medidas más duras contra los presos altamente peligrosos.
A raíz del suceso se organizaron concentraciones en más de 80 centros penitenciarios de toda España, regidos por el Ministerio del Interior. Además, se exigió la dimisión de Gemma Ubasart, por aquel entonces consejera de Justicia de la Generalitat.