El lunes 28 de abril de 2025 ya ha pasado a la historia. Un apagón generalizado dejó sin electricidad a gran parte de España durante aproximadamente nueve horas.
Mientras la mayoría de la población enfrentaba inconvenientes por la falta de luz, internet y comunicaciones, los pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA) vivieron momentos de angustia extrema al depender de dispositivos eléctricos para sobrevivir.
Dependencia eléctrica vital
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la capacidad de movimiento, habla y respiración.
Muchos pacientes requieren de equipos de soporte vital, como respiradores y sistemas de alimentación asistida, que funcionan con electricidad.
Durante el apagón, la falta de suministro eléctrico puso en peligro la vida de estos individuos, quienes dependían de baterías de respaldo con autonomía limitada.
Casos críticos durante el apagón
Jordi Sabaté Pons, activista y paciente de ELA, ha relatado su situación crítica en redes sociales, al quedarse sin electricidad durante nueve horas.
Sin posibilidad de comunicarse ni de saber cuándo regresaría la luz, su vida dependía de las baterías de sus equipos médicos, cuya duración es limitada. La falta de asistencia sanitaria durante este periodo aumentó la gravedad de su situación.
Así lo ha denunciado Pons por redes sociales: "Hola @Endesa, tengo miedo de morir asfixiado si hubiera otro apagón. Os suplico que me pongáis un generador de luz en mi piso, para mis máquinas de soporte vital. No pretendo que me lo regaléis, yo os lo pago. Amo la vida y no quiero morir por un corte de luz".