La Audiencia de Barcelona ha aplazado el juicio previsto para este martes, 6 de mayo, contra el único acusado de un secuestro en 2022 cometido en el hotel Atrium Palace con la finalidad de pedir presuntamente un rescate de 400.000 euros y para quien la que Fiscalía le pide 10 años de prisión.
El juicio estaba previsto que durara tres días y se alargase hasta el jueves, pero ha tenido que suspenderse porque uno de los letrados está de baja y todavía está pendiente de fijarse una nueva fecha, según han informado a EFE fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
Retenido en la habitación 101
La Fiscalía le acusa de haber participado, junto con otros individuos, en el secuestro de un hombre con el que tenían "algún tipo de trato que se desconoce" y al que retuvieron en la habitación 101 del hotel, donde le inmovilizaron y taparon la boca mientras la golpeaban y apuntaban con una pistola.
El ministerio público solicita para el procesado 8 años de cárcel por un delito de secuestro y otros dos más por uno de tenencia ilícita de armas, y que indemnice a la víctima con 2.000 euros por los daños morales sufridos.
El secuestro
Según el escrito de acusación del fiscal, sobre las 19:00 horas del 9 de junio de 2022, el procesado, conjuntamente con otras personas no identificadas, quedaron en verse con el perjudicado, y para ello acudieron escalonadamente a un primer hotel donde no les permitieron reunirse todos juntos en una habitación.
Desde este primer establecimiento se acercaron sobre las 20:15 horas al hotel Atrium Palace, concretamente a la habitación 101 y, una vez allí, "el procesado junto a los otros individuos ataron al señor de pies y manos y le taparon la boca", detalla el escrito.
Audiencia de Barcelona
El ministerio público añade que el procesado apuntaba con una pistola al secuestrado mientras otro le golpeaba de forma repetida, todo ello mientras llamaban al primo de la víctima para exigirle un rescate de 400.000 euros para liberarlo.
Llamada a los Mossos
Ante esta situación, la Fiscalía detalla que el primo llamó a la policía, que se personó en el lugar de los hechos a los pocos minutos.
Los agentes de los Mossos se dirigieron a la habitación 101 del citado hotel y se encontraron con el procesado, que efectuaba labores de vigilancia en la puerta de la misma con una pistola con la que les apuntó, pero desistió de su actitud y la arrojó al suelo al ser requerido por los policías, que le detuvieron.
La situación obligó a desalojar al resto de huéspedes que se encontraban en el hotel en aquel momento.