La historia de Marina Ochoa, vecina de Barcelona, comenzó como la de una mujer que buscó aprovechar y sacarle partido a su piso en propiedad y terminó envuelta en una pesadilla.
Marina regresó hace unos años a la capital catalana tras cinco años viviendo en Menorca. Con ilusión, decidió poner en alquiler un piso propio, en el que había invertido todos sus ahorros y que planeaba reformar poco a poco.
Marina Ochoa, una propietaria de Barcelona a la que le han okupado la casa
“Pensé que todo iba a ser sencillo, que podía confiar en un inquilino responsable… pero me equivoqué”, dijo en una entrevista con Metrópoli.
Un okupa en su piso
La barcelonesa seleccionó cuidadosamente a su inquilino, asegurándose de que contara con un salario estable de más de 1.800 euros al mes.
Sin embargo, el arrendatario, con una nómina de 2.500 euros, no pagó la primera mensualidad y dejó de responder a todos sus intentos de contacto.
El piso okupado de Marina, propietaria de Barcelona
Empresa especializada en desokupaciones
Tras semanas de incertidumbre y frustración, y ante la imposibilidad de actuar por la vía judicial inmediata --la ley podía retrasar meses la recuperación del piso--, Marina decidió recurrir a una empresa especializada en desokupaciones.
Según explicó a este medio, la intervención fue rápida y profesional, y permitió que el inquilino abandonara la vivienda. “Pero cuando se marchó, se llevó electrodomésticos y otros objetos", añadió la mujer.
El piso okupado de Marina, la propietaria de Barcelona
Experiencia traumática
Marina aseguró que la experiencia la afectó tanto emocional como emocionalmente: la angustia, la impotencia y la sensación de vulnerabilidad fueron enormes.
Además, denunció que las actuales políticas y el sistema judicial parecen favorecer a los okupas, dejando a los propietarios desprotegidos frente a situaciones que, en su opinión, deberían resolverse de manera más ágil.
Ayuda a personas como ella
Hoy, Marina forma parte de la Asociación de Propietarios de Viviendas contra la Inseguridad Jurídica (Aprovij), que lucha para que los dueños tengan más respaldo legal y las administraciones respondan ante casos de okupación.
“Después de lo que viví, quiero ayudar a otros propietarios a que no pasen por lo mismo”, concluyó en la entrevista concedida a Metrópoli.
