Que el K-Pop Music Fest es una estafa es algo que se sabe desde hace meses. No solo se pospuso el supuesto evento de junio a noviembre sin los artistas confirmados, sino que jamás se llegó a firmar un contrato con el Olimpic Arena de Badalona, donde estaba previsto inicialmente.
A poco más de un mes de celebrarse, la web del festival se ha caído y no fue hasta el pasado 17 de octubre que la plataforma Enterticket dejó de distribuir las entradas.
Todos estos pequeños pasos confirman la silenciosa desaparición de los promotores del mapa, Tour21, gestionados por We Are Love, para librarse de reembolsar el dinero a los afectados.
Web caída del K-Pop Music Fest de Badalona a fecha de publicación de este artículo
Venta hasta el último momento
Enterticket ha permitido la compra de entradas para el festival hasta el último momento, tanto las generales como las VIP, que incluían Meet and greet con los artistas que ya habían anulado su actuación incluso antes de la fecha inicial del evento.
El último movimiento de la promotora ha sido inventarse un lugar donde celebrar el evento. Tras posponer el evento al 29 de noviembre, el Olimpic Arena confirmó a Metrópoli que no se iba a celebrar en el estadio.
Al quedar descubierto, los promotores han optado por trasladar la localización al Parc del Fòrum. Sin embargo, ha resultado ser otro engaño.
Página de venta de entradas del K-Pop Music Fest de Enterticket a 17 de octubre
Fuentes de Barcelona Serveis Municipals (BSM) y el Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs han confirmado a este medio que We Are Love no ha realizado ninguna reserva ni firmado ningún contrato para llevar a cabo el festival en el recinto el día 29 de noviembre.
Gestión nefasta
Esta no deja de ser una muestra más de las ‘chapuzas’ que la compañía ha llevado a cabo desde enero, cuando anunciaron el festival.
Las cabezas de cartel, el grupo de chicas Red Velvet, nunca confirmaron su participación en el evento. El resto de artistas -P1Harmony, Wonho, Kisu, The KingDom, Rolling Quartz, Big Ocean y 8Turn- tampoco lo hicieron o se bajaron del carro por “circunstancias locales” o “repetidos incumplimientos de contrato”.
Una vez We Are Love aplazó el evento, cambiaron la dirección de sus oficinas y retiraron el teléfono móvil de la página de contacto para borrar cualquier forma de contacto de los afectados con la empresa.
El pasado julio los promotores intentaron hacer una primera bomba de humo y sustituyeron la página web del festival por una de promoción de másteres de la empresa Event Prax, cuyos fundadores son los mismos de We Are Love.
Otra estafa en México
Paralelamente, We Are Love anunció otro K-Pop Fest en México con fecha 8 de noviembre.
Siguiendo los mismos pasos que con el de Badalona, primero anunciaron los grupos para generar expectación. A día de hoy, todos los artistas han cancelado su participación en el evento y la página web del evento también está caída.
Cartel del K-Pop Fest en México
Algunos de los afectados denunciaron la cuenta de redes sociales y pusieron comentarios para alertar a otros fans, pero sus comentarios fueron eliminados y los perfiles, bloqueados.
Quién está detrás de We Are Love
Los datos empresariales de We Are Love indican que el administrador único de la empresa es Norma Luz Morote y el apoderado solidario, Raul Robin Arca Morote, su hijo, un nombre que ya ha generado polémica en el mundo de los conciertos en España.
Raul Robin es administrador de Lakshmi Music, una promotora musical que entre 2016 y 2017 se vio envuelta en diversas cancelaciones de artistas como Despistaos, Melendi, Abraham Mateo o MClan en distintas localidades del país.
Raul Robin, el presunto estafador detrás de la mala organización del festival de K-pop de Badalona
La Vanguardia publicó en 2017 un artículo en el que explicaba que todos estos conciertos fueron cancelados con pocos días de antelación -en alguna ocasión el mismo día del evento- y los afectados no recibieron ningún reembolso.
Renegociaciones de contrato
La forma de proceder de aquellas giras canceladas recuerda a la gestión del K-Pop Fest: comunicados los viernes, redes sociales desactualizadas y la agobiante sensación de los fans de haber sido engañados.
Según explicaron las agencias de los artistas al citado medio, “al principio, Robin es muy majo”, el problema viene cuando se acercan las fechas del concierto.
“Si no ha vendido las entradas suficientes para que el negocio le salga rentable, llama a los representantes de la banda para renegociar el contrato firmado, intentándolos presionar para que acepten rebajar su caché hasta el 50 y el 60%”, afirmaron, con la cancelación como única alternativa.
