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Barcelona ha registrado en 2024 un total de 805 denuncias por okupación de viviendas, según datos de los Mossos d’Esquadra.

Aunque la cifra muestra un descenso frente a años anteriores —en 2022 se contabilizaron 1.313 casos y en 2019 hasta 1.610—, el fenómeno ha registrado un aumento en cuanto a los intentos frustrados en la capital catalana.

La ratio de denuncias se sitúa en 4,8 casos por cada 10.000 habitantes, claramente inferior a otras capitales catalanas como Girona, con 21,7 casos por cada 10.000 habitantes, o municipios como Palafrugell y Salt, donde las cifras superan los 35 casos.

Según los datos de la policía catalana, aproximadamente el 80 % de las denuncias se corresponden con pisos vacíos de grandes tenedores o fondos de inversión, algo que dificulta conseguir que presente la denuncia, un paso fundamental para que se pueda actuar. 

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Intentos

El estudio de los Mossos también indica que, a pesar del descenso de las ocupaciones efectivas, el número total de intentos de acceso ilegal a viviendas —primeras y segundas residencias— ha seguido aumentando, consolidando un fenómeno complejo que combina factores económicos, sociales y legales.

Entre enero y octubre de 2025 se han registrado 1.713 intentos, apenas seis menos que en el mismo periodo de 2024. Esta tendencia indica que la acción policial y la mayor conciencia de los propietarios están limitando la ocupación efectiva, aunque el interés por acceder a viviendas vacías sigue presente.

Fuentes policiales subrayan que la mayoría de intervenciones se resuelven sin incidentes y que, en muchos casos, la ocupación se evita gracias a la rápida actuación vecinal o de las comunidades de propietarios. Aun así, la presión sobre el parque inmobiliario vacío sigue siendo alta, especialmente en barrios periféricos y zonas con alto número de pisos deshabitados.

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Distribución geográfica de las ocupaciones

En Catalunya, el Barcelonès concentra la mayor incidencia de denuncias, con 1.467 casos por cada 10.000 habitantes, un 4,2 % menos que en 2023. Le sigue, a mucha distancia, el Vallès Occidental, con 761 denuncias, aunque con un aumento del 40 % respecto al año anterior.

Las comarcas más pequeñas muestran ratios aún más desproporcionadas, con municipios como Mataró, Cunit o Berga superando los 20 casos por cada 10.000 habitantes.

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