Los tranvías de Barcelona circularán con normalidad este lunes, 10 de noviembre, después de que las principales organizaciones sindicales —CCOO, UGT y CGT— y la dirección del Trambaix y el Trambesòs hayan llegado a un preacuerdo en la negociación del convenio colectivo.
El acuerdo se ha alcanzado en el marco de una mediación convocada por el Departamento de Trabajo de la Generalitat, poniendo fin, de momento, a la huelga prevista para el inicio de semana.
A pesar de la desconvocatoria de la jornada de este lunes, los trabajadores aún deben decidir si se anulan también los paros programados para los días 17, 21 y 28 de noviembre, que se mantienen sobre la mesa hasta que la plantilla ratifique el contenido del preacuerdo en asamblea.
Un tranvía de Barcelona de la T4 en una imagen de archivo
Un paso adelante tras un año de bloqueo
La negociación del convenio colectivo del tranvía se había prolongado durante más de un año sin avances significativos, lo que había generado un fuerte malestar entre la plantilla. Los trabajadores denunciaban el estancamiento de las conversaciones, la falta de actualización salarial y la necesidad de mejoras en las condiciones laborales, especialmente en lo relativo a la conciliación y la seguridad en el servicio.
El 31 de octubre pasado, el personal del Trambaix y del Trambesòs ya protagonizó una jornada de huelga que afectó al servicio de transporte y evidenció la tensión entre las partes. Tras aquella protesta, el Departamento de Trabajo retomó los contactos y convocó una mediación con el objetivo de evitar nuevas afectaciones al transporte público metropolitano.
En espera de la decisión final
Los trabajadores celebrarán asambleas durante los próximos días para analizar el contenido del preacuerdo y decidir si lo ratifican. Si la mayoría lo aprueba, las paradas previstas para las semanas siguientes quedarían definitivamente anuladas. En caso contrario, el conflicto podría reabrirse.
Sea como sea, la desconvocatoria de la huelga de este lunes se interpreta como una señal de distensión y un primer paso hacia la normalización de las relaciones laborales en el servicio de tranvías del área metropolitana de Barcelona después de meses de tensión y protestas.
