Las calles estrechas del barrio del Raval son propensas a la propagaciòn del ruido, y más por la noche. Por eso, un vecino no ha tenido más remedio que colgar una pancarta en su fachada para pedir, en inglés, a los skaters, que no hagan servir el skate en su calle.

Si durante el día las ruedas de los skates rodando por el cemento se hacen notar, por la noche el ruido se convierte en insoportable. Aunque el skate se use como medio de transporte, no está de más ser consciente de que su uso a determinadas horas puede provocar muchas molestias por el ruido.