Hay vistas de Barcelona desde las alturas que merecen la pena, porque hay elevaciones que son casi un balcón sobre la ciudad. Se puede hacer desde las alturas de Montjuïc o desde las de la otra parte, lado montaña, tirando hacia el Park Güell. Por allí, hace ya tiempo que se colocaron sillas o bancos fijos, de madera y metal, atornillados al suelo, para faciitar la obsrvación. Desde ellos se tiene una perspectiva barcelonesa muy diferente. El problema es que, desde tiempo, alguien que se pretende un Tàpies (o así) ha pintado un mensaje que ensucia y rompe la perspectiva.