No estamos en Montecarlo, que entonces el símil vendría de perlas, no en vano allí está el famoso casino peliculero. La escena es en el circuito de Barcelona-Catalunya, el sábado de calificación para el Gran Premio de España, que se celebra en domingo.
La imagen lo dice todo: brazos en alto y sonrisas para los que van de blanco -en esta ruleta de la F1 no hay negro-, los dos pilotos de Mercedes, Valderi Bottas y Lewis Hamilton; brazos abajo y sonrisa oculta para el que va de rojo, Sebastian Vettel, de Ferrari. La causa es obvia: los dos blancos -par y pasa- saldrán los primeros desde la parrilla el día de la carrera. Pero, ya se sabe, en la F1 hay muchos golpes de teatro y, a lo mejor, quien acaba riendo el último puede ser el otro...