Será por no desplazarse hasta una pista homologada, por la facilidad que encuentran en la calle o, simplemente por estar de paso, los aficionados al skate han convertido algunos lugares del Raval en pistas en las llevan a cabo sus ejercicios sin que nadie les moleste. Pero no a todo el mundo le parece bien esta manera de ocupar el espacio público, sobre todo en plazas en las que también juegan niños...