A caballo regalado no le mires el dentado, reza el refranero popular español. Este miércoles, una treintena de personas formaban cola en la entrada a la estación de metro de Llucmajor para recoger unos refrescos que unos trabajadores se preparaban para distribuir.
Ni la lluvia ha impedido que los vecinos del barrio, la mayoría jubilados, hicieran cola para probar el producto, que se ha repartido en diferentes accesos al metro de toda Barcelona dentro de una acción comercial.