No es una novedad, pero siempre que ocurre vale la pena traerlo a colación. Las campañas de publicidad se planifican cada a una a su bola: luego, viene el momento de ubicar los posters (en este caso) en la vía pública. Resulta, entonces, que nadie sabe con qué otra campaña de publicidad se va a tocar -literalmente- la que tú has planificado. Puede llegar el caso en que tu palabra-fetiche se dé de cabeza contra la del vecino.
Es lo que se puede apreciar aquí: por un lado, 'arde'; por otro, 'no pases frío'. Pura cuestión semántica, en realidad. Lo de arder es una serie sobre la Guerra Civil; lo del frío, el derecho a no congelarse en invierno por un quítame allá esa falta de energía.
Calor-frío: la eterna disyuntiva.