La guerra de símbolos que se vive en las calles de Barcelona está yendo más allá de lo deseado. Las pintadas en el espacio público tienen como una de sus últimas víctimas los árboles de la Diagonal, donde primero se pintaron lazos amarillos y luego se repintó encima con rojo. En el árbol se puede apreciar como hay restos también de lazos amarillos de plástico arrancados que se colocaron alrededor del tronco. 

Que se sepa, a riesgo de que un árbol nos desmienta, las plantas hasta ahora no han querido posicionarse en el conflicto independentista de Catalunya, así que mejor dejémoslos en paz.