Aparcar la bicicleta en la calle en Barcelona es todo un riesgo. A los miles de robos anuales, se une el riesgo de que un vándalo se cruce tu vehículo por el camino y quiera sacarse de encima las frustraciones pagándolo con la bicicleta.

Esto es lo que le ha pasado al pobre propietario de la bicicleta, cuya rueda ha quedado totalmente inoperativa. Al dueño le espera una ingrata sorpresa al ir a buscarla. Esperamos que algún día, el autor de los desperfectos en el vehículo, pague los costes.