El adelanto este año de la Fira de Santa Llúcia en la avenida de la Catedral y su prolongación en la plaza Sagrada Família como Mercado Navideño al 24 de noviembre ha atraído a todo tipo de ciudadanos. También a los vagabundos. Desde hace días, dos clochards se han instalado en un banco del lado montaña de la concurrida plaza, donde pasan el día y la noche. Para protegerse de las miradas de los curiosos, han rodeado la pieza del mobiliario urbano de cajas de cartón que sostienen con sus propias maletas. La apariencia es la de un extraño cubo de color marrón en medio de la acera, como se aprecia en la fotografía.
Lo más curioso es que la morada improvisada de los dos sintecho se encuentra justo delante de la estructura que forman los andamios de restauración de la fachada el número 11 de la plaza, lo que limita el paso de los transeúntes a un estrecho pasillo; incluso entorpece el acceso al supermercado del interior de manzana, el que corresponde al número 12, sin que nadie les diga nada.
A unos 50 metros de la escena, los agentes cívicos se afanan en llamar la atención de los peatones que pisan el carril bici de doble sentido que hace un extraño quiebro en la intercesión de Sardenya y Provença, justo ante la fachada de la Pasión del monumento más visitado de España. De la misma forma que se ponen de perfil cuando pasa un patinete, evitan cruzar la acera no sea que se den de bruces con la caseta improvisada y tengan que decirles algo a sus moradores.