Las bebidas energeticas hace tiempo que gozan de gran popularidad, sobre todo entre los jóvenes. Según un estudio, el 68% de los jóvenes consumen este tipo de bebida, más del doble que el porcentaje en adultos (30%). En España existen más de 200 marcas y se caracterizan por combinar sustancias como la cafeína, la taurina y otras sustancias más desconocidos como el inositol, que actúa como potenciador de los efectos de las anteriores.
No han sido pocos los que han alzado la voz en contra de estos refrescos. Uno de los primeros en hacerlo fue el popular chef británico Jamie Oliver, que impulsó el movimiento #NotForChildren.
La campaña acabó concienciando sobre este problema y en el Reino Unido algunos supermercados ya prohíben la venta de estas bebidas a menores de 16 años, alegando razones de salud pública. El corte se establece en las que superen los 150 miligramos de cafeína por litro. De momento solo es una medida voluntaria, pero podría acabar siendo oficial y obligatoria.
Según los expertos, lo que más preocupa es la cafeína, ya que no se conocen del todo los efectos en los niños, que pueden tomar dosis enormes sin ningún problema, incluso automedicándose para aguantar despiertos más tiempo. Además, las marcas cada vez cobran más visibilidad a raíz de patrocinar grandes eventos deportivos o musicales. Un diseño llamativo que convence a los chicos.
Frente a esta problemática, países como Lituania o Letonia ya han prohibido la venta de bebidas energeticas a niños. Otros como Francia ha limitado mucho su comercialización. Pero en estos casos también surge otro problema. Se sustituyen estas bebidas por otras que también llevan mucho azúcar.
Veremos si en España también acabamos viendo los Red Bulls en las farmacias...