¿Dónde comer las mejores piadinas de Barcelona?

También llamadas arepas, las piadinas son uno de los productos mejor posicionados en la escena gastronómica actual de la Ciudad Condal. Elaboradas a partir de una masa de harina y de diferentes ingredientes a gusto del consumidor, es uno de los alimentos perfectos para las jornadas de pícnic, festival o playa que caracterizan al verano.

Barcelona es una de las ciudades españolas que más rápidamente ha acogido esta tendencia. Especialmente, el barrio de Gràcia, en el que se pueden encontrar algunos de los mejores locales para disfrutar de esta propuesta de origen italiano.

LA PIADINA

En la calle de la Santa Creu 1, podemos encontrar uno de los primeros establecimientos especializado en su elaboración que llegó a la ciudad. La Piadina está muy cerca de la Plaza de la Virreina. Debido a su tamaño, únicamente se pueden pedir para llevar. Por ello, es habitual ver a multitud de personas en la plaza disfrutando de sus sabores preferidos. 

Ofrece una gran variedad de ingredientes que se pueden utilizar en su elaboración. Y el precio, en torno a 4 euros, hacen de La Piadina uno de los locales por antonomasia para degustar este producto.

ORGANIC PIADINA

Una de las particularidades de Organic Piadina es que todos los embutidos son cortados en directo. Además, todos sus ingredientes son de origen orgánico, por lo que es una de los lugares en los que la piadina cuenta con un mayor sabor.

Está situada en la plaza de la Vila de Gracia, 7 y, pese a que su precio medio es algo superior al que se pueden encontrar en el resto de locales que venden este tipo de productos, Organic Piadina es uno de los restaurantes preferidos por todos los amantes de la comida más saludable. 

MUSIÚ

Musiú es uno de los pocos establecimientos especializados en esta comida que se encuentra fuera del barrio de Gràcia. No se centra únicamente en la elaboración de piadinas, sino que son especialistas en todo tipo de comida italiana, como la pasta o la focaccia.

Está situada en el número 112 de Pau Clarís y el buen equilibrio entre su precio y su calidad hace que sea bastante habitual presenciar colas a las puertas del establecimiento.