Al final de la calle de Sant Domènech, en la esquina de la plaza de la Vila, luce con fuerza el cartel dorado de Anita Gelato. La espectacular fachada verde oliva de este recién estrenado establecimiento no hace justicia a las maravillas que se pueden degustar en su interior. En menos de un mes, esta heladería ha logrado causar furor entre los vecinos de la Vila de Gràcia y los transeúntes que pasean por sus encantadoras callejuelas.
A pesar de que muchos puedan pensar que se trata de una heladería normal y corriente, la fotografía en blanco y negro de una señora que cuelga en la entrada vaticina que se trata de un lugar con historia. Esta coqueta boutique de helados y dulces es el resultado del esfuerzo y la visión empresarial que tuvo una familia israelí hace 23 años.
LA MADRE SOLTERA QUE CREÓ UN IMPERIO
En 1998 Anita Avital era una madre soltera que vivía en Tel Aviv con sus cuatro hijos. Ésta era una apasionada de la repostería y deleitaba a los suyos con mermelada, dulces caseros y un helado que elaboraba con una receta secreta y que conquistaba el paladar de todo aquel que lo probaba. El talento culinario de su progenitora era algo que sus hijos sabían que debían compartir con más personas, por lo que en 2002 decidieron comercializarlo. Los inicios fueron fructíferos y lograron abrir una pequeña tienda, que fue seguida de otras tres más en la capital israelí.
Los que lo probaban deseaban llevarse las salsas y las mermeladas con las que Anita adornaba sus helados, por lo que la familia decidió ampliar el negocio y abrir tiendas en las que se pudiesen comprar los auténticos productos. No querían que se convirtiera en un "fenómeno McDonalds", por lo que quisieron mantener la esencia y la manera de elaborar sus especialidades. Tampoco querían corromper el nombre de su madre, por lo que decidieron buscar otro nombre de mujer independiente y fuerte para el nuevo negocio. Escogieron Golda, en homenaje a Golda Meir, la primera exministra de Israel.
EXPANSIÓN GLOBAL
Poco a poco fueron creciendo y en 2013 decidieron llevar sus dulces a otras partes del mundo. El primer destino fue Sidney, Australia. Los helados caseros de Anita se volvieron muy populares y, al poco tiempo, la familia Israelí decidió expandir su negocio abriendo tiendas en San Juan, Puerto Rico; Limasol, Chipre y Nueva York.
Hoy en día el pequeño negocio familiar se ha convertido en una gran empresa que trata de mantener sus orígenes a raya. Tanto es así que en el momento de comenzar su expansión por España, la familia dejó claro a sus asesores que la primera tienda tenía que estar situada en un barrio afín a su ideología. El ambiente distendido y natural que envuelve a la Vila de Gràcia enamoró a la compañía, por eso decidieron situar la primera tienda en su epicentro: la plaza de la Vila.
INAUGURACIÓN DURANTE LAS FIESTAS DE GRÀCIA
Inaugurar justo después del verano, y en un contexto de pandemia, era todo un reto, pero Anita Gelato apostó por subir sus persianas durante un momento único para el barrio: la semana de las Fiestas de Gràcia. Correr el riesgo fue todo un acierto. Tras tres meses de preparación, en pocos días, la heladería logró que centenares de personas hiciesen colas que rodeaban la manzana para degustar sus productos. "Se trata de unas fechas muy importantes y queríamos que todo el mundo tuviese la oportunidad de conocernos", explica la mánager del establecimiento a BMagazine.
La fiesta mayor se convirtió en la mejor carta de presentación para la empresa familiar, pero al concluir, Anita Gelato tuvo que emprender la conquista de un público todavía más difícil: el verdadero vecindario. "Durante las primeras semanas algunos vecinos se mostraron escépticos", explica la mánager del establecimiento a BMagazine. "Hay un adorable hombre mayor que se ha pasado semanas pasando por delante y mirando. La semana pasada decidió entrar en la tienda, se sentó y nos dijo que quería comprar helado. Eso fue súper emocionante para nosotros", añade.
PRODUCTOS FRESCOS Y DE CALIDAD
El boca a boca y la amabilidad de los ocho trabajadores, que siguen a rajatabla la ética empresarial y familiar, ha hecho que sean muchos los que se hayan vuelto fans de sus helados. "Muchas veces invitamos a que prueben nuestros helados, sin compromiso. Sabemos que, aunque ese día no compren, si les ha gustado, volverán".
Pero no solo el buen trato de los empleados ha hecho que Anita Gelato se gane el reconocimiento de los barceloneses, la calidad de los alimentos con los que elaboran su carta hace que sus productos sean supremos. "Los productos son frescos, se elaboran cada día. Cortamos la fruta de temporada cada mañana, pasteurizamos nuestra propia leche. Por eso todo está tan bueno". Solo tenemos una fábrica que se encuentra en Israel, por lo que todas nuestras salsas son importadas desde allí a todas partes del mundo. Eso consigue que todos los helados de Anita sepan igual en cualquier parte del mundo", detallan desde la empresa a este medio.
ATENCIÓN AL GUSTO DE LA CLIENTELA
La variedad de dulces es infinita. Anita Gelato hace sus propio yogures helados y açais que adornan con todo tipo de toppings ilimitados. "Hacemos café de calidad, milkshakes y en invierno nos gustaría incorporar cookies, gofres, pancakes y bebidas calientes. No queremos que nuestra carta sea solo de verano", explica la mánager.
Uno de los valores familiares que persisten en las tiendas después de más de 20 años, es el de la servicialidad. "Prestamos atención a lo que quieren nuestros clientes. Al empezar nos preguntaban si teníamos horchata, y yo no sabía ni lo que era. Buscamos la mejor posible y es la que vendemos a día de hoy", argumenta la jefa del local de Gràcia. "Los sabores de nuestros helados siempre van a ser los mismos: el de Anita, el de Pretzel, el de Cookie Man, el de avellana crujiente, etc. Pero siempre estamos dispuestos a incorporar nuevos sabores que sean del gusto de nuestros clientes. Si la gente pide stracciatella o crema catalana, lo haremos.
Aparte de los cremosos y sabrosos helados que llevan dos décadas fidelizando clientes alrededor del mundo, Anita Gelato tiene helados para todo tipo de intolerancias: sin azúcar, sin leche, sin gluten, etc. Incluso han creado un helado para perros elaborado con plátano, crema de cacahuete y coco: "de momento lo estamos regalando a los clientes que vienen con sus mascotas, ¡y les encanta!, afirma la mánager.
CRECIMIENTO EN BARCELONA
El buen recibimiento que ha tenido la primera tienda de Anita Gelato en el barrio de Gràcia ha incentivado a la empresa a buscar una nueva localización en la capital catalana. Según explica en exclusiva la gerente de la tienda, la empresa planea abrir más tiendas en Barcelona y avanza que buscarán una zona "más turística" para su segundo establecimiento.
Tras su exitosa incursión en la Ciudad Condal, la gran empresa familiar también se ha propuesto probar suerte en otras ciudades de España, como Madrid.