La apertura de nuevos restaurantes siempre es una buena noticia en Barcelona. Más aún cuando estos locales reivindican la cocina catalana, con producto local, y sirven de homenaje a la gastronomía patria. Pero todavía es mejor cuando el establecimiento que abre es un vástago de esos negocios históricos de los que ya casi no quedan y que son el sello de identidad de la ciudad.

Cien años después de que la bodega La Palma abriera sus puertas, La Palma de Bellafila, su hija, levanta la persiana en pleno barrio Gótico de la ciudad con la vista puesta, precisamente, en el comensal local, en el vecino.

Pero el rizo rizado es el personal. La primera carta del restaurante cuenta con el asesoramiento del chef Jordi Parramon, que cuenta con una estrella Michelin.

Una rica carta de vinos

¿Más argumentos para destacar que es un lugar de referencia? La hermana mayor de La Palma de Bellafila, la Bodega La Palma, se ha convertido bajo la gerencia de los  restauradores Judit Giménez y Albert Rial en uno de los locales favoritos de gran parte de los políticos del Ayuntamiento de Barcelona.

Suquet de peix en La Palma de Bellafila La Palma de Bellafila

Entre otras cosas, este local cuenta con la friolera de una carta de vinos compuesta por más de 100 bebidas, ideal para todos los gustos.

Precios asequibles

Vecinos del barrio, los gerentes del nuevo establecimiento nace con la idea de ser inclusivo y asequible para la mayoría de bolsillos, con un precio medio por comensal de unos 40 euros.

El concepto gira a la idea de compartir la mesa. Más allá de un menú cerrado, lo que prima son tapas y raciones pensadas para comer entre varios o incluso reconvertidas en snacks, como es el caso de la oreja de cerdo, costillitas de cordero o cerebritos a la romana.

Frescor para el verano

La carta presenta propuestas de temporada tanto de ingredientes como en lo que a su ligereza se refiere. Si bien los platos en otoño o invierno serán más pesados, en verano destacarán por ser frescos y ligeros a la digestión, donde destaca el escabeche y la verdura de pequeños productores, entre otras. Es el caso de la ensalada a cop de puny.

Huevo con parmentier de verduras en La Palma de Bellafila La Palma de Bellafila

Y ¿Los postres? Pues lo mismo: tradición y reinterpretación. Los comensales podrán disfrutar del Pijama, un postre marca Barcelona elaborado con flan, nata, fruta en almíbar y helado. En La Palma de Bellafila, no obstante, se presentará una versión aligerada para guardar al comensal de la bomba calórica que es en su forma tradicional. También se podrá disfrutar de un melocotón asado sobre una sopa de tomate que sorprenderá al paladar del cliente, entre otras opciones.

Lo encuentras en la calle de Bellafila, en el número 5. Lo mejor es no esperar y ser de los primeros en ir antes de que se llene de turistas --y concejales--ávidos de lo mejor de la gastronomía barcelonesa.