El barrio de Sants en Barcelona es conocido por sus históricas bodegas, lugares emblemáticos que mantienen vivo el espíritu tradicional de lo que antaño fue el pueblo de Santa Maria de Sants. A pesar de los desafíos y el cierre de algunos de estos locales, otras bodegas han renacido con fuerza, respetando su herencia mientras se adaptan a los nuevos tiempos. En este contexto, una bodega ha capturado recientemente la atención de la prensa gastronómica, destacándose no solo por su atmósfera, sino también por unas croquetas que están ganando fama entre los amantes de las tapas --con permiso del resto de platos--.
Ubicada a pocos metros del mercado de Sants, esta bodega reabrió sus puertas después de un breve cierre, con una nueva administración que ha sabido equilibrar la renovación del espacio con la conservación de su esencia. Las paredes cuentan historias que se remontan a casi un siglo atrás, mientras que los nuevos detalles reflejan el compromiso de su propietario por mantener la tradición viva. Pero es la calidad de sus platos lo que ha consolidado a este lugar como un referente entre las bodegas del barrio.
Hablamos de la Bodegueta de Cal Pep, un rincón que data de 1927 y que ha sido recientemente reabierto por Gustavo González, un amante de las bodegas y del vermut. González, quien ya dirige dos exitosas vermuterías en L'Hospitalet de Llobregat, tomó las riendas de este local histórico tras el fallecimiento de su anterior propietario, Ángel Congostina, en octubre de 2022. Decidido a honrar el legado de Ángel, González ha reformado el espacio sin alterar su esencia, manteniendo sus barricas, botellas antiguas y la famosa nevera de puertas de madera.
Croquetas de infarto
En cuanto a la oferta gastronómica, González ha respetado las tapas clásicas que hicieron famosa a la bodega, añadiendo su toque personal y, sobre todo, cariño en cada plato. Entre los imprescindibles del menú, destacan unas croquetas que se han convertido en el plato estrella del lugar. Elaboradas con ingredientes de primera calidad, se pueden encontrar en versiones como cecina, morcilla, chistorra, setas y rustido, todas ellas crujientes por fuera y cremosas por dentro, y capaces de enamorar a cualquiera que las pruebe. Ingredientes de calidad en manos de un maestro croquetero ¿qué puede salir mal?
Pero la experiencia en La Bodegueta de Cal Pep no se limita a las croquetas. Su carta incluye una selección de vermuts de Masnou y Reus, servidos en barrica, además de una interesante variedad de tapas que combinan lo mejor de la tradición con toques modernos. Las patatas bravas, con una salsa que mezcla especias de la India, vermut y ralladura de cítricos, son otro plato que no se puede dejar pasar, así como sus albóndigas, hechas con carne ecológica y una salsa de tomate con avellanas.
Un futuro prometedor
Además, González planea seguir ampliando su oferta, con mariscos y pescados frescos procedentes del mercado de Sants y la posibilidad de ofrecer desayunos de tenedor en un futuro próximo. Todo esto, claro, sin perder de vista la esencia que ha hecho de La Bodegueta de Cal Pep un lugar tan especial para los vecinos de Sants y más allá.
En definitiva, La Bodegueta de Cal Pep ha sabido reinventarse sin perder su alma, ofreciendo una experiencia culinaria que combina historia, tradición y un toque de modernidad. El secreto del éxito, muy probablemente, resida también en una firme apuesta por el producto hecho a mano, con mimo y con ingredientes de proximidad. Si estás en Barcelona y quieres probar unas croquetas que han conquistado a la crítica, este es sin duda el lugar ideal para hacerlo.