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Martín Pimentel está cumpliendo el sueño de su abuelo: tener un restaurante que sirva como centro de reunión y donde disfrutar de la cocina de toda la vida. Ese era el deseo de José Eugenio Pimentel, Chujo para los amigos, y máxima inspiración de su nieto.

Con la premisa de hacer sentir a la gente como en casa –e influenciado por la pasión de su abuelo–, Martín abrió hace seis años su primer local de restauración en la avenida del Paral·lel: V de Vermut. Desde entonces, Grup Amicks –nombre de la empresa– ya cuenta con cinco restaurantes y tres más en camino.

“Tienes que contar tu historia, pero de una manera que al cliente le apetezca escucharla”, precisa Martín. Con esta filosofía, ha conquistado los estómagos de barceloneses y turistas, que hacen cola para probar uno de sus locales más populares de la ciudad: Bar Pimentel. “Es el que mejor nos funciona”, asegura.

Bar Pimentel, la taberna de Grup Amicks en el barrio del Born SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

De cineasta a restaurador

Martín estudiaba Ingeniería de Sonido e Imagen cuando encontró trabajo como bartender en una coctelería de Barcelona. Fue entonces cuando se enganchó –en sus propias palabras– a este mundillo. “Hice un curso y, cuando terminé, me ofrecieron trabajo en Milán”, relata en conversación con Metrópoli

En la ciudad italiana estuvo un año, y cuando regresó a Barcelona, con 22 años, en lugar de dedicarse a la cinematografía –lo que había estudiado–, decidió probar suerte en el sector de la restauración.

Un día, Mani Alam, de The Fish and Chip Shop, le ofreció el local donde ahora se encuentra V de Vermut. Esta fue la primera apertura del grupo, en 2019. “Tuvimos un arranque muy bueno”, señala Martín. Sin embargo, un año después, la pandemia obligó a todo el mundo a quedarse en casa. “Por suerte contábamos con un colchón”, añade.

Según relata a este medio, para él no fue un momento crítico; al contrario, aprovechó para buscar nuevos locales –en aquel momento más accesibles–. Además, contó con la ayuda de los propietarios, con quienes tiene muy buena relación, tal como expresa.

Bar Pimentel, la taberna de Grup Amicks en el barrio del Born SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Durante la pandemia, Martín aprovechó el auge del delivery y se aventuró a abrir Piel de Gallina –un restaurante de pollo frito que cerró en junio de este año–. Unos meses después sumó Bar Pimentel, que hoy se postula como una de las tabernas más populares de Barcelona.

Estudio de mercado

Parte del éxito de Grup Amicks reside en el trabajo que realizan previamente a inaugurar cada restaurante. Tal como explica Martín, no solo analizan el barrio, sino también su oferta gastronómica y aquello que pueden aportar a los vecinos de la zona. “Con mis proyectos intento sumar a lo que ya existe alrededor”, explica. 

Aunque se trata de un grupo de restauración, Martín no quiere que quienes comen en sus restaurantes sientan que están en una cadena. Por eso, cada uno de ellos destaca por su autenticidad. “Intento que cada local represente algo único, que tenga alma e identidad”, afirma.

Parte de esta filosofía pasa también por la formación del equipo, en el que apuesta por perfiles junior. A todos ellos les transmite su pasión (y la de su abuelo Chujo). “Intentamos meterles el gusanillo para que vivan el proyecto como nosotros y así se sientan partícipes de él”, añade.

Para ello, apuestan por gente de la empresa a la hora de otorgar cargos de responsabilidad. Es su manera de formar equipos fuertes y mantener la motivación: “en lugar de contratar a gente de fuera, apostamos por quienes ya están dentro para que vean que hay posibilidades reales de crecimiento”. Esta política de retención del talento es, según Martín, otra de las claves del éxito de Grup Amicks. 

Tradición e historia

De la restauración en Barcelona, Martín destaca su evolución. “El sector se está profesionalizando mucho; estamos elevando la comida nacional”, apunta, a lo que le ve “un punto romántico”.

La propuesta gastronómica de Grup Amicks destaca por su espíritu casero y por la reinterpretación de las recetas más castizas. “No hacemos técnica por hacer, sino para mejorar el sabor”, afirma. Para él, una de las claves para lograrlo es utilizar producto local y respetar la base y la tradición. “Hacemos platos que solo puedes probar en nuestros restaurantes”, sentencia.

Martín Pimentel, fundador de Grup Amicks, en Bar Pimentel SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

De cara a 2025, las previsiones apuntan a superar los 4 millones que Grup Amicks facturó el ejercicio anterior. Aunque uno de sus sueños es dar el salto a Madrid, Martín sigue enfocado en la capital catalana, donde nos indica que le gustaría crecer más. 

“Tenemos que montar bien los equipos, consolidar cada local y dejar una estructura sólida para asentar las bases antes de expandirnos en otra gran ciudad”, detalla a este digital.

Nuevas aperturas

Antes de que acabe el año, el grupo abrirá dos nuevos restaurantes en Barcelona. Y en 2026, un tercero. Según ha podido saber este medio en exclusiva, se trata de una tasca marinera, cocina a la brasa y un listening bar. Nardi es el nombre del primero de ellos, que abrirá a solo 50 metros de Bar Pimentel en unas semanas. 

Calle dels Carders en Ciutat Vella, donde se encuentra Bar Pimentel y donde abrirá Nardi SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Le seguirá Amicks, también en Ciutat Vella. Este será el restaurante con más capacidad del grupo, y el 80 % de su carta estará dedicada a la brasa. Para el año que viene, Martín se reserva la inauguración de Fonik, un listening bar de inspiración japonesa que propondrá una experiencia íntima, en la que los clientes podrán escuchar vinilos de alta calidad mientras disfrutan del café de especialidad.