En pleno corazón del barrio Gòtic, entre callejones con siglos de historia, sobrevive uno de los bares más auténticos y emblemáticos de Barcelona.
Se trata del Bar La Plata, fundado en 1945, un diminuto local con ocho décadas a sus espaldas que, desde que decidió abrir sus puertas, no ha cambiado prácticamente de estética.
Su singularidad es absoluta en el panorama gastronómico español: solo sirve siete tapas, las mismas de siempre, con una fidelidad casi sagrada a la tradición. En una ciudad que vive al ritmo del turismo y la reinvención constante, este negocio resiste con su fórmula minimalista y su alma de barrio.
80 años de historia
Hace 80 años que La Plata abrió sus puertas por primera vez, y el pasado mes de noviembre celebraron la larga vida del establecimiento.
Ese día, el bar regaló 1.100 cervezas, 60 litros de vermut y 100 kilos de su famoso pescado frito, un gesto que no pasó desapercibido entre vecinos, clientela habitual y otros bares de la ciudad.
Asimismo, se puso en relieve el lema que más representa al local, cuyo autor fue su fundador, Pepito: “Quan més donc, més tinc” (Cuanto más doy, más tengo).
Tapas de toda la vida
En el Bar La Plata, la carta es tan breve como mítica: menos de diez platos condensan la esencia de la cocina popular que ha enamorado a la ciudadanía.
Entre los más aclamados, se encuentra el pescaíto frito, acompañado por clásicos como el pincho de butifarra o el pincho de anchoa.
Una tapa de botifarra en una imagen de archivo
La ensalada sencilla y aliñada con vinagre de vino tinto aporta frescor, mientras que el pan con tomate es un homenaje al alma del tapeo catalán. Para los más hambrientos, la ración de anchoas o el cucurucho de pescaíto ofrecen versiones generosas de los sabores más demandados.
Anchoas, producto estrella
Las anchoas, jugosas y marinadas con ese toque de vinagre que las hace irresistibles, son el deleite de los amantes del pescado en toda su gloria mediterránea.
Acompañadas por una rodaja de pan crujiente y una copa de vino local, las anchoas de La Plata son un homenaje a la simplicidad y excelencia gastronómica.
Ambiente en el bar La Plata de Barcelona
Butifarra, la joya de la corona
Pero no se puede hablar de La Plata sin mencionar su otra joya culinaria: la butifarra. Esta emblemática salchicha catalana, elaborada con carne de cerdo de primera calidad y especias cuidadosamente seleccionadas, es el manjar del establecimiento.
En este bar, la filosofía que les define es simple pero contundente: calidad sobre cantidad, tradición sobre modas pasajeras. Cada tapa es una obra maestra en sí misma, resultado de años de experiencia y un profundo amor por la cocina.
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