La Festa Major de Gràcia cumplirá 200 años este verano y para celebrarlo se han preparado 400 actividades culturales y sociales que tendrán como nexo común homenajear al tejido asociativo que ha hecho posible que la histórica fiesta haya llegado a su bicentenario. “¡Qué ganas de que llegara este día!”, proclama la presidenta de la Fundació Festa Major de Gràcia, Clara Carbonell, ante unos 200 vecinos y autoridades congregadas en el Palau Robert.
“Esta fiesta mayor y bicentenario trata de personas, personas que han trabajado a lo largo de 200 años de historia” para hacer posible una fiesta que “nos define como pueblo”. Para recuperar el formato tradicional de la celebración, la Fundació ha inaugurado una carpa en los Jardinets de Gràcia, que alberga una exposición con la historia de las fiestas. Además, este año se decorará la calle Gran de Gràcia, como se hacía tiempo atrás, ara convertirla en la puerta de entrada de las fiestas.
UN SÍMBOLO DE COHESIÓN SOCIAL
El alcalde accidental de Barcelona, Gerardo Pisarello, ha destacado “el riquísimo tejido asociativo” que contribuye cada año a hacer posible la fiesta y que por ese motivo el Ayuntamiento decidió otorgar la Medalla de Oro al Mérito Cultural a la fundación que la organiza. Pisarello ha recordado que cuando llegó por primera vez a la ciudad vivió en Gràcia y quedó asombrado por “su vida asociativa y su fiesta mayor”, la mejor de Barcelona junto con La Mercè y Santa Eulàlia.
Desde la Diputación de Barcelona, la diputada Maite Fandos, que fue concejala del barrio durante el mandato de Trias, ha elogiado las fiestas y “la cohesión social” que representan, mientras que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, la ha calificado de “referente de la cultura popular”. En su discurso, Puigdemont ha destacado que “un país que sabe conservar sus tradiciones populares es un país culto y civilizado” y, si además “las sabe legar a las generaciones futuras, entonces es una sociedad donde vale la pena vivir porque tiene futuro”.