Assif hace 16 años que vive en Barcelona, en pleno corazón de Gràcia. Es de Pakistán y, como muchos otros compañeros de la misma nacionalidad, se gana la vida vendiendo latas de cerveza Estrella Damm en las calles de Barcelona. Sonríe, nunca pierde el sentido del humor. Al fin y al cabo, su trabajo consiste en alegrar la vida a las personas. Cuando todos los bares cierran, cuando ya no queda ningún supermercado de emergencia, están ellos: los lateros, los salvadores.

El colectivo cervecero ha ido cogiendo fuerza en los últimos años hasta el punto de popularizar una frase que seguro que –por lo menos una vez– habrás oído. “Cerveza beer, amigo”. Una frase –a veces en forma de pregunta– que marcará a toda una generación. Bandas como Las Ruinas ya le han rendido su particular homenaje a través de sus letras. No es para menos.

UN DISEÑO SENCILLO Y GRACIOSO

Assif sabía que esta frase podía triunfar y un día se le ocurrió diseñar algo sencillo a la par que gracioso y directo. Como si emulara la campaña de publicidad de Estrella Damm, estampó la frase en una camiseta roja con un detalle: el precio, siempre tan importante. Un euro, amigo. Mejor, imposible.

Lo que parecía una broma aislada se ha convertido en un referente en las plazas de Gràcia. Assif detalla en una conversación con Metrópoli Abierta que vende las camisetas a 10 euros. Y triunfa. “Cada día mínimo dos personas la compran. Yo subo a casa y las vendo a los interesados”, dice orgulloso de su éxito.

De hecho, más allá de la estética, tiene un sentido funcional: representa una forma de ofrecer cervezas sin tener que comunicarse verbalmente. Uno lee la camiseta y no puede evitar sonreír. La idea es buena y, como pasó con la marca Top Manta, podría llegar lejos.