Si algo tiene de especial la Festa Major de Gràcia que marca la diferencia respecto a cualquier otra es la decoración. Tras la fatídica edición número 200 –que se vio truncada por el atentado en las Ramblas– este año el barrio vuelve a la carga con 995 actividades y 21 calles engalanadas (una menos que el año pasado). Nosotros nos hemos dejado caer por ahí y hemos podido disfrutar de la mejor decoración que, una vez más, no deja indiferente a nadie.

Padres, hijos, bebés, ancianos se impresionan con el increíble trabajo de los vecinos, y sacan fotos para inmortalizar el arte que irradia cada una de las calles. Este viernes se entregarán los premios a las mejores calles, así que como no sabemos cuál ganará, te mostramos las mejores para que podamos especular entre todos. ¿Qué te parece? ¡Paseemos juntos!

¡UN PASEO POR LOS LUGARES MÁS INVEROSÍMILES!

El punto de partida en esta aventura está en la calle Travesia de Sant Antoni, que nos traslada al mundo grecorromano. Pegaso nos da la bienvenida a un universo colmado de monumentos históricos y esculturas. Ahí podremos tomar una caña en una barra de piedra –bajo la atenta mirada de Zeus– para luego seguir con nuestro recorrido.

De ahí pasaremos a la calle Jesús donde los sueños se hacen realidad. Ahí veremos a ovejitas volando que nos ayudan a dormir plácidamente, así como atrapasueños. Más adelante, en la calle Llibertat nos encontraremos –paradójicamente– animales encerrados en establos, ¡toda una granja entera!

Donde también hay animales (en este caso insectos) es en la calle Joan Blanques, que nos propone una colmena de abejas que hacen rica miel. ¡Tampoco faltan las flores para polinizar! Otra calle que ha apostado por los insectos es la calle Tordera con un mundo lleno de... ¡saltamontes!

UN MUNDO DE FANTASÍA

¡El Libro de la Selva ha tomado la calle Progrés! ¡Los más pequeños amarán esta calle que tiene muchos números de ser la ganadora! Más adelante encontramos la calle Ciutat Real que rinde homenaje al anime japonés y, en especial a Estudio Ghibli, con películas de culto como El viaje de Chihiro o Mi vecino Totoro.

Y mientras en la calle Fraternitat han optado por mostrar cómo se hace la vendimia, la calle Mozart ha traspasado la frontera digital para mostrarnos un impresionante mundo virtual. En la calle Puigmartí celebran el carnaval hawaiano y en la otra parte de la calle Joan Blanques reivindican la literatura con miles de libros y hasta una escalera.

Por último, una de las ideas más ingeniosas: la calle de la Perla, que ha pasado a llamarse Perlaland, hace una crítica voraz a la turistificación de Barcelona. Una ciudad que, para ellos, se ha convertido en un parque de atracciones. Ahí venden tickets para la Sagrada Família, y sangría y “paella torero”. Un final de trayecto amargo cargado de (algunas) verdades. Si quieres descubrir el resto, ¡anímate y pasea, merece la pena!

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