Alba Carnicé Simón Sánchez

Hace más de 30 grados en la calle, pero no hay tiempo que perder. A pesar del calor sofocante, el ajetreo de vecinos en las calles de Gràcia es evidente. Este jueves, 15 de agosto, empiezan las fiestas mayores del barrio, una de las más famosas por la decoración de sus calles. Los vecinos trabajan a toda velocidad. Llevan meses en ello, pero estas últimas semanas suponen un esprint para tenerlo todo listo. Metrópoli acompañó durante esta semana a los vecinos durante los preparativos.

Durante semanas e incluso meses, los habitantes de calles como Tordera, Verdi, Fraternitat de Baix, Puigmartí, La Perla y Travessera de Sant Antoni se entregan en cuerpo y alma a la preparación de sus respectivas decoraciones. El trabajo es arduo, pero está lleno de ilusión. Los vecinos se organizan y planifican diseños temáticos y se reúnen a diario para cortar, pegar y pintar los materiales que convertirán sus calles en auténticos escenarios de fantasía.

Cada calle selecciona un tema diferente para sus decoraciones, que se mantienen en secreto hasta el último momento. Desde un mundo de astrología y signos del zodiaco, un poblado del Far West, un banco de medusas, el antiguo Egipto o un homenaje a los tradicionales ‘envelats’. Las propuestas son tan variadas como sorprendentes. La creatividad no tiene límites, y los materiales que utilizan son mayoritariamente reciclados.

Vecinas trabajando en la decoración de la calle Tordera SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

La dedicación es una verdadera maratón de creatividad. Durante los días previos al 15 de agosto, las calles del barrio se convierten en talleres al aire libre, donde vecinos de todas las edades trabajan sin descanso para tenerlo todo listo a tiempo. Desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche, el bullicio de la actividad se puede ver en cada rincón, mientras se ultiman los detalles de las decoraciones que transformarán las calles.

Oriol, de la calle Travessera de Sant Antoni, asegura que empieza a trabajar sobre las ocho de la mañana y termina sobre las tres de la madrugada. También, la víspera de las fiestas marca el momento culminante de este esfuerzo. Esta pasada noche de miércoles, mientras la mayoría de la ciudad dormía, en Gràcia, las manos no se han detenido. Los vecinos han pasado toda la noche trabajando, asegurándose de que cada detalle estuviese en su lugar. "No dormimos porque estamos montando", reconoce Marta, de la calle Fraternitat de Baix.

Preparando la tortuga de la calle Tordera, que tiene como tema un banco de medusas SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Aunque las fiestas duran unos cinco días, lo cierto es que los vecinos se preparan durante meses. En la calle Verdi --que será un envelat-- la planificación para la decoración comienza mucho antes de lo que uno podría imaginar. Susana, una de las vecinas más activas en la organización, cuenta a Metrópoli que este año empezaron a trabajar desde diciembre. "El proceso es largo y requiere mucha organización. Ya estamos pensando en la temática del año que viene", explica.

El 'envelat' de la calle Verdi SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Este nivel de dedicación contrasta con el ritmo más relajado de otros vecinos, como los de la calle Tordera. Allí, aunque la ilusión es la misma, la preparación tiende a retrasarse. "Siempre decimos que empezaremos antes, pero entre unas cosas y otras, nos ponemos manos a la obra más tarde de lo que deberíamos. Este año hemos empezado en marzo a hacer pruebas", admite Laia, una vecina. A pesar de los apuros, en Tordera siempre logran estar listos para la fiesta. "Al final, todos los vecinos se ponen manos a la obra y trabajamos juntos para llegar a tiempo. Es una carrera contrarreloj, pero lo logramos gracias a la colaboración de todos", añade.

Las fiestas mayores de Gràcia son un evento que trasciende las fronteras del barrio, atrayendo a personas de toda Barcelona, de otras partes de España e incluso de otros países. Aunque la tradición de decorar las calles es una seña de identidad de los vecinos, la fama de estas celebraciones ha crecido tanto que cada año más personas de fuera del barrio se suman al esfuerzo vecinal.

Laia reconoce que en su calle han recibido ayuda de personas de fuera de España. "Hay un núcleo que somos los que estamos siempre, pero al final del proceso se une mucha gente. Nosotros tenemos ayudantes que vienen de Francia o Italia. Son personas que en algún momento pasaron por aquí y les gustó", explica a este digital. La historia de la calle Tordera es solo una de muchas. En otras calles, como en Puigmartí, también es común ver caras nuevas durante los preparativos. "Hay gente que no es del barrio que viene a ayudar y se interesa", explican Marina y Andrea, que incluso se han pedido vacaciones para la ocasión.

Una vecina preparando la decoración de la calle Travessera Sant Antoni SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Como cada año, una de las tradiciones más esperadas de las fiestas mayores de Gràcia es la entrega de premios a la mejor decoración. Este reconocimiento es un momento culminante en las festividades, con miles de personas expectantes por conocer cuál será la calle ganadora. Sin embargo, para los vecinos, el premio es un añadido, pero no el objetivo principal. "Nuestra motivación no es ganar el premio, sino conseguir acabar la decoración con las expectativas que teníamos", señala Marta. Por su parte, Oriol reconoce que "siempre se aspira al primer premio", pero que se centran más en "disfrutar del proceso de decoración y no sólo del final". Para Susana, el objetivo es conseguir hacer un decorado como se había previsto. "Para nosotros, que a las ocho de la mañana del día 15 la decoración esté terminada sin ningún fallo ya es un premio", explica con una sonrisa.

Vecinos de la calle Fraternitat de Baix ayudando en la decoración SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Este año, los vecinos tienen la mirada puesta en el cielo, preocupados por la previsión de lluvias que amenaza con estropear el resultado de tantas semanas de trabajo. Las decoraciones de las calles, elaboradas en su mayoría con papel y otros materiales frágiles, son especialmente vulnerables a la humedad, y una tormenta podría arruinar en minutos lo que ha costado meses de esfuerzo. Conscientes de esta amenaza, muchos vecinos ya han tomado precauciones. En varias calles, como Fraternitat de Baix, las decoraciones ya están cubiertas con bolsas de plástico, listas para soportar cualquier chaparrón. "Sabemos que el papel es delicado y no podemos arriesgarnos. Ya hemos cubierto todo con plásticos para protegerlo lo mejor posible", explica Marta.

La decoración de la calle Fraternitat de Baix tapada con bolsas de plástico SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

La estrategia es similar en otras calles, donde los vecinos han preparado lonas, plásticos y otros materiales impermeables para actuar rápidamente en caso de que el cielo se vuelva gris.

Una chica preparando la decoración en la calle La Perla SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Las calles ya están listas para recibir a los visitantes este jueves 15 de agosto. Las decoraciones brillan bajo el sol del verano barcelonés. Las fiestas mayores de Gràcia no serían lo mismo sin el trabajo colectivo de sus residentes, que demuestran año tras año el poder de comunidad y el amor por las tradiciones. Aunque para la mayoría, las fiestas de Gràcia se terminan el 21 de agosto, para los graciencs, las fiestas van del 22 de agosto al 15 de agosto del año siguiente.